Antonina Obrador posa en uno de los espacios de Call Vermell, donde se entremezclan libros sobre arte y piezas de cerámica. | Pere Bota

TW
0

Antonina Obrador (Felanitx, 1986) nació –se podría decir que literalmente– en el taller de cerámica que su madre, Maria Ramis, terminaba de abrir en un céntrico edificio de Felanitx. Se llamaba Call Vermell en honor a la característica tierra rojiza de esta zona. Fue la primera reforma que llevó a cabo su padre, el arquitecto Tomeu Obrador. Por ello, no es de extrañar que Antonina desarrollara una sensibilidad especial por la cerámica y el trabajo artesano, algo que, sin embargo, terminó trasladando al séptimo arte.

Precisamente fue cuando estrenó su primera película, Quest, cuando la cineasta reconoce que se sintió un tanto «perdida» y que «no encontraba el camino que quería tomar». «Me faltaba motivación. De pronto cerró la última librería que quedaba en Felantix, justamente en esta misma calle [Carrer Major]. La Ramon Llull era una librería histórica, no recuerdo ni cuándo abrió, simplemente siempre había estado allí y había formado parte de nuestras vidas», evoca.

«Fue entonces cuando me di cuenta de que llevaba unos años instalada en casa, tras volver de Barcelona, y no terminaba de sentirme a gusto. Había trabajado mucho en Barcelona, pero también en Madrid, especialmente en publicidad. De hecho, rodé en Mallorca Quest, pero la postproducción se llevó a cabo en Barcelona. Pensé que me quejaba de la dirección que había tomado mi pueblo, Felanitx, pero que yo al fin y al cabo no estaba aportando nada para cambiarlo», reconoce.
Así fue cómo encontró su motivación: reconvertir Call Vermell en una librería, potenciando también su faceta de espacio cultural a la vez que conservando su razón de ser: la cerámica.

Tradición

«Felanitx ha sido, históricamente, tierra de cerámica, algo que se ha mantenido a lo largo de los siglos. Por ejemplo, Cerámicas Mallorca todavía sigue en activo con Francisca Bennàsar al frente. Así que ya había una tradición de cerámica muy arraigada, pero mi madre abrió las puertas de este espacio donde trabajaba la cerámica contemporánea y artística y no tanto la utilitaria, como vajilla. Ella se dedicó a la cerámica artística, siguiendo una filosofía muy libre, conectada con el azar y la naturaleza propia de los materiales. Lo que más me gusta es que es respetuosa con el material. Suele trabajar con alta temperatura y se inspira en la cerámica prehistórica y mediterránea».
En este sentido, Obrador avanza que está preparando una retrospectiva dedicada a su madre con motivo de su jubilación, prevista para este verano. Será una exposición que se inaugurará en 2026, cuando se cumplan 40 años de la apertura de Call Vermell. La muestra contará con la participación del Ajuntament de Felanitx y la Casa de Cultura.

PB080125002341.jpg
Espacio donde se imparten los talleres de cerámica. Foto: PERE BOTA

Respecto a las clases de cerámica, Obrador –que aunque se dedicó al audiovisual siempre ha seguido haciendo cerámica e incluso ha expuesto algunas de sus piezas junto a artistas como Miquel Barceló o Jaume Roig– imparte talleres de formación los martes y jueves, con turnos de mañana y de tarde. Además, también ofrece workshops con artistas y profesores de fuera y especializados en técnicas como la japonesa kintsugi, que consiste en reparar las grietas de una pieza con oro. Según Obrador, «desde la COVID se ha producido un boom del interés por la cerámica, igual que por la artesanía; supongo que es una reacción a este mundo en el que todo ya está muy mecanizado, como si fuera una respuesta a la contra de la Inteligencia Artificial».

Por otra parte, como librería y espacio cultural, Call Vermell impulsa y acoge recitales, presentaciones, microconciertos e incluso exposiciones, algo que ya puso en marcha desde el principio Maria Ramis, coincidiendo con la Nit de l’Art. Asimismo, avanza que el próximo 22 y 23 de marzo el editor y fotógrafo Alex Llovet ofrecerá un taller intensivo de cómo crear un fotolibro. Más adelante, con el objetivo de «hacer un acompañamiento a los participantes», hará lo propio Juan Diego Valera para, en última instancia, cerrar el proyecto con Rita Puig-Serra Costa, que ya recaló en Felanitx el pasado agosto para presentar su libro Anatomy of an Oyster.

En cuanto a la librería de Call Vermell, que puso en marcha en diciembre de 2023, Obrador explica que reflexionó largo y tendido sobre qué tipo de librería quería crear. «Pensé que quería montar el tipo de librería que visito cuando voy de viaje o a Barcelona. Es decir, tiene que tener títulos sobre arte, fotografía, ensayo y poesía. Mi filosofía es no traer editoriales que funcionen con una distribuidora, sino que pueda contactar directamente con las editoriales o incluso con los autores. Para mí es muy importante el trato de tú a tú, algo que he valorado todavía más cuando tuve que distribuir mi película. Los intermediarios a menudo hacen que se pierda el alma de las cosas», razona. Entre los sellos que siempre están en Call Vermell figuran los locales Nova Editorial Moll y Adia, así como la revista Morlanda, pero también otros españoles e internacionales, como Cielo Santo, Cabeza de Chorlito, Terranova, MACK o Institute for Postnatural Studies.

De esta manera, por ejemplo, Obrador impulsa diferentes actividades literarias, como invitar a autores y artistas a hablar de su trabajo, pero sin hacer presentaciones al uso, sino «intentando hacer algo diferente, como que propongan un juego o un taller al público, para que haya una mayor interacción». «Lo que me planteo es: qué puedo ofrecer yo que no tenga Amazon. Al fin y al cabo, si eres lector, ya sabes lo que quieres y, por tanto, es fácil comprar en Amazon en un clic y te lo llevan en pocos días a casa. Yo nunca he comprado nada en Amazon, porque no quiero participar de este tipo de consumo. Además, me gusta que la gente venga a Call Vermell sin saber qué quiere y, así, poder recomendar yo algunos títulos», aclara. En definitiva, tal y como celebra Obrador, «he puesto en práctica el mismo que concepto que mi madre hizo con la cerámica, solo que yo lo he extrapolado a los libros».