Su risa es más contagiosa que la malaria, y se expresa con una voz poderosa, como de tipo importante. Chuchito Valdés tiene el duende, el talento y el sabor cubano trenzado en su ADN. De casta le viene al galgo al hijo de Chucho Valdés y, por ende, nieto del gran Bebo Valdés. Una rica mezcla de estilos se agita en su linaje, cruzando las armonías del jazz con sonidos africanos, el bolero y las cadencias del son cubano. Con todo ese ritmo corriendo por sus venas, Chuchito no ha tenido suficiente y ha arrimado el jazz a las ascuas del hip hop, el cha cha cha y una lista de estilos más larga que la utopía de la revolución cubana. La Fundació Miró Mallorca acoge este jueves, a las 18.00 horas, la presentación de Suite Mironiana, una obra inspirada en el pintor, escultor, grabador y ceramista catalán Joan Miró. Se trata de una composición para piano, violonchelo, percusión cubana, batería, contrabajo y clarinete. Además, este miércoles impartirá una clase magistral en el Conservatori Superior.
¿Qué aspectos de la obra de Miró ha querido trasladar a su Suite Mironiana?
—El aspecto que he querido transportar a la composición es la grandeza de este gran genio, lo grandioso de sus obras.
Una buena herencia musical abre puertas, pero, ¿qué importancia tiene la herencia de la disciplina que recibió de sus mentores?
—Mucha importancia. Me legaron la idea de que si vas a a hacer algo hay que hacerlo bien, con amor y corazón, con sentimiento y disciplina, con espiritualidad.
Pertenecer a una de las dinastías musicales más prolíficas es un rico legado, pero, ¿qué es aquello que Bebo y Chucho no consiguieron inculcarle?
—Todo me lo inculcaron. La transmisión espiritual del lenguaje musical es un camino que he heredado y seguido siempre, es un sendero que hay que transitar con mucho respeto y dedicación.
Su abanico estilístico es tan amplio que resulta difícil clasificarlo, ¿cuál sería el análisis retrospectivo de su evolución musical?
—Es una pregunta difícil. He pasado de Chopin y otros clásicos a los grandes pianistas cubanos de las décadas de los 50 y 60, pero mi piano siempre suena a Chuchito Valdés.
En el jazz, ¿cómo se toca e improvisa mejor, con melancolía o felicidad?
—Puedes estar triste y hacer una gran interpretación, y puedes estar feliz y lo mismo. Para mí no hay límites ni diferencias.
Pablo Milanés afirmó en una ocasión que ‘por mucha universalidad que tengan mis canciones, Cuba siempre esta en ellas’, ¿identifica estas palabras con su obra?
—Sí, Cuba siempre está presente.
En la intimidad de su hogar, ¿con qué artistas se le van las caderas?
—Cuando estoy con mi familia escuchamos mucha música clásica, Stravinsky, Chopin, Beethoven, Liszt, Schubert, Mendelssohn… y por supuesto mucha música cubana.
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¿Es peor decepcionarse a uno mismo o al público?
—No lo sé, siento que nunca me he decepcionado a mí mismo ni a mi público. Creo que el lenguaje espiritual es una gran fuente de vida, y si uno bebe de esa fuente nunca va a sentir decepción por nada.
¿Siendo dos islas, en qué aspectos se equiparan Cuba y Mallorca?
—Hay muchas cosas en común, somos pueblos con mucha cultura. Mallorca tiene su musa natural y Cuba la suya que son esa herencia cultural. La gente aquí es muy espiritual.
En una entrevista, su abuelo afirmó que le hubiera gustado quedarse atrapado en un ascensor con Marilyn Monroe, ¿con quien compartiría ese momento usted?
—Yo me quedaría encerrado con mi esposa.
Aseguran que la inteligencia artificial ha llegado para cambiar nuestras vidas. ¿Podría un robot hacer jazz?
—Me hiciste una pregunta muy buena. No creo que un artista y la inteligencia artificial suenen igual, ¿oíste? Ahora hay muchas cosas artificiales que no son reales, creo que en veinte años será un lujo encontrar a un pianista expresar su arte en una sala…
De haber consagrado su vida a una promesa, ¿a cuál le hubiera gustado que fuese?
—A cuidar nuestra Tierra, la madre naturaleza.
¿En qué han fallado aquellos sueños de revolución en los que tanto creían generaciones cubanas pasadas?
—En varias cosas, ¿viste? En la atención al pueblo, en procurarles recursos básicos que necesitan.
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