La reforma de Gaudí abrió a la luz el interior de un templo oscuro

El interior de la Seu no fue siempre tan lumínico como lo es ahora siendo el siglo XX el que abrió el templo

El interior del templo anterior a la reforma. | FONS EMILI SAGRISTÀ / ACM

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Francesc Ramis recuerda la visita de Napoleón III a la Catedral, cuando el emperador se sorprendió por la falta de esculturas e imágenes en el interior de la Seu. La respuesta que le dieron es que «la Catedral no estaba pensada para ser revestida, sino para tener espacio y luz». El problema es que, como destaca el propio Ramis, «no había mucha luz en el interior en ese momento».

El interior de la Seu en el siglo XIX estaba iluminado por el rosetón mayor y los dos rosetones laterales, además de alguna capilla que contaba con vidrieras. El resto vivía en una oscuridad que, lejos de ser completa, sí era mayor que la que hay ahora, convirtiendo a la Catedral en un edificio oscuro.

PALMA. PATRIMONIO. GAUDI Y CAMPINS UNIERON LA REFORMA DE LA SEU A UN SENTIMIENTO DE PAIS.
Imagen de la Capilla Reial durante la reforma de Gaudí. FOTO: ARCHIVO

La importante reforma de Gaudí de los años 1904 a 1914 e impulsada por obispo Campins provocó cambios de calado en la fisonomía interna del templo. Para empezar, se eliminaron, alteraron o movieron elementos. Uno de ellos fue el corredor dels ciris, de estilo mudéjar, y que iluminaba en ocasiones especiales la Seu con cientos de velas. Restos del artesonado de este corredor se reutilizaron para las tribunas corales de Gaudí.

A cambio, el catalán abrió ocho grandes ventanales, algo opacos, que sirvieron como un primer paso adelante en lo que sería la apertura lumínica de la Seu durante el siglo XX y que desembocaría en los 32 vitrales laterales, antes completamente cegados, y que con su colocación ayudarían a contribuir a que la Catedral posea ahora el interior policromático e iluminado que posee.