Gráfico de las ultimas balanzas oficiales. Año 2005.

TWL
5

El sistema de financiación autonómico debe revisarse durante 2014 y la guerra de cifras entre comunidades se presenta virulenta. Las balanzas fiscales miden los saldos entre las comunidades autónomas y el estado. Y se han convertido en el arma arrojadiza que sirve para reclamar una mejor financiación.

Las últimas balanzas fiscales publicadas, correspondientes al año 2005, situaron a Balears, en el mejor de los casos, con un déficit fiscal del 7,47%. Es decir, que Balears pagó 1.692 millones de euros más de los que le retornó Madrid. Las islas se debaten así entre el expolio y la solidaridad.

Semanas atrás, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, presentó su particular y peculiar balanza fiscal, que demuestra -claro- que Extremadura está mal financiada. Madrid, poco después, hizo lo mismo y su presidente, Ignacio González, también dejó patente que su comunidad sale muy perjudicada con el actual sistema de financiación. Balears no presentará su particular balanza fiscal, pero como han reiterado en diferentes oportunidades el president José Ramón Bauzá o el conseller d'Hisenda i Pressuposts, José Vicente Marí, defenderán un modelo mucho más justo para Balears, aunque solidario con el resto del territorio español más desfavorecido.

Las balanzas fiscales no son públicas, aunque el actual gobierno de Mariano Rajoy ha manifestado ya que cumplirá con su promesa y las publicará. Las últimas balanzas fiscales que conocemos corresponden al año 2005 y fueron publicadas por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Desde entonces, secreto absoluto.

Balears, como se sabe, fue una de las comunidades más perjudicadas en su saldo con el estado. Es decir, que es cierto que Balears aporta mucho más al estado de lo que recibe.

BALEARS PIERDE. Hay dos métodos para calcular el saldo de las balanzas fiscales. En uno y otro, Balears sale damnificada. La metodología de cálculo carga-beneficio imputa los ingresos en el territorio donde residen los ciudadanos y los gastos en el territorio donde residen quienes consumen el servicio o la inversión. Así, por ejemplo, los gastos de defensa se reparten proporcionalmente entre todas las comunidades en función de la población.

Pues bien, según el método carga-beneficio, Balears saldría perdiendo un 7,47% de su PIB. Madrid, con un -9,13%, fue la peor parada, mientras que Cataluña (-6,55%) es la tercera. También tienen un saldo negativo -aportan más de lo que reciben- la Comunidad Valenciana (-3,22%), La Rioja (-2,32%), Navarra (-2,01%), Aragón (-1,10%) y el País Vasco (-0,59%). En cambio, las más beneficiadas son Extremadura (15,73%), Asturias (11,08%) y Galicia (7,19%).

El segundo método de cálculo de las balanzas fiscales es el de flujo monetario. La principal diferencia estriba en que los gastos se imputan donde se materializan. Balears es la más perjudicada (-14,20%). A continuación se sitúan Cataluña (-8,70%), la Comunidad Valenciana (-6,32%), Madrid (-5,57), Navarra (-3,18%), Murcia (-2,13%) y el País Vasco (-1,35%). Melilla (33,97%), Ceuta (28,56%) y Extremadura (17,78%) serían con el método de cálculo de flujo monetario las comunidades más beneficiadas.

El Govern de José Ramón Bauzá tiene así argumentos para reclamar una mejor financiación a la espera de que el ministro Cristóbal Montoro cumpla con su anuncio de publicar nuevas y actualizadas balanzas fiscales.

El Gobierno de Mariano Rajoy tiene la intención de reformar en profundidad el sistema tributario español y no es descabellado pensar que la financiación de las comunidades autónomas quedará vinculada a esta remodelación.

EXTREMADURA. El Gobierno de Extremadura, presidido por el popular José Antonio Monago, publicitó semanas atrás sus particulares balanzas fiscales correspondientes al año 2013. Extremadura, claro, es según los datos del propio gobierno de Monago una de las comunidades peor financiadas.

El presidente Monago anunció el pasado martes en el transcurso del debate sobre el estado de la comunidad que ha llegado a un acuerdo con Cristóbal Montoro, que abonará un total de 430 millones de euros en 4 años en concepto de deuda histórica. El acuerdo no estaba contemplado -evidentemente- en las balanzas fiscales presentadas por su consejero.

Extremadura distingue entre los dineros recibidos dentro del sistema de financiación autonómica y los que Madrid envía a las comunidades por otros conceptos.

El gobierno extremeño asegura que durante 2013 las comunidades más favorecidas por el sistema de financiación fueron Andalucía, que recibió 15.986,2 millones de euros, seguida de Cataluña (15.787,2), Madrid (11.470,8) y Valencia (8.581,7). El baremo extremeño es curioso, puesto que sitúa a comunidades claramente perjudicadas por las últimas balanzas fiscales publicadas como las más favorecidas. Balears sería también según el gobierno de Monago de las más perjudicadas. Extremadura ocupa la undécima posición, siendo así también de las más perjudicadas.

En cuanto a lo recibido fuera del sistema de financiación, Cataluña encabezaría la lista de comunidades más beneficiadas (17.002,3 millones de euros) por delante de Valencia (8.158) o Andalucía (7.232). Balears (1.522,4) ocuparía la sexta posición y Extremadura (270,5), la décima. Curiosamente, Extremadura contempla en esta balanza el dinero recibido por las comunidades del Fondo de Liquidez Autonómica o del mecanismo de financiación a proveedores. Es dinero que el estado deja a las comunidades, pero que ha de ser devuelto. No es a fondo perdido en ningún caso.

Así las cosas, cuando Extremadura suma las cantidades recibidas, según sus cálculos, por las comunidades dentro y fuera del sistema de financiación, resulta que la más beneficiada es Cataluña (32.789,54 millones de euros), seguida de Andalucía (23.218,19), Valencia (16.739,71) y Madrid (11.693,83). Balears (3.514,41) sería la décima comunidad mejor financiada y Extremadura (2876,34) la tercera peor parada.

Los datos, como puede apreciarse, son diatrealmente opuestos a los de la última balanza fiscal publicada de forma oficial por el gobierno central.

Extremadura plantea que a la hora de considerar las balanzas fiscales y el nuevo sistema de financiación debería tenerse en cuenta otros factores, como la capacidad energética. En este sentido, Extremadura, que solo representa al 2,4% de la población española y el 1,6% de su PIB, en términos energéticos es una potencia, puesto que exporta el 77% de la energía que genera. El consejero de Economía y Hacienda, Antonio Fernández, recordó en el acto de presentación de las balanzas fiscales que en 2012 exportaron energía por valor de 673 millones de euros. Fernández explicó, además, que Extremadura, como sucede con Balears, no tiene ni un solo kilómetro de vía férrea de alta velocidad.

El consejero aseguró que para trazar las líneas maestras del nuevo sistema de financiación se han de considerar factores como el PIB per cápita, que sitúa a Extremadura como la peor comunidad desde el año 2000. Además, en 2012 fue la autonomía con mayor presión fiscal respecto del PIB.

Defiende también que sea considerado como un factor prioritario la densidad de población. Extremadura, junto a Castilla La Mancha, son las comunidades con un índice menor, de solo 26 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que Madrid es la primera con 809. Otro de los factores que reclama Extremadura como vital es el envejecimiento de la población.

La comunidad de Madrid también publicó su particular balanza fiscal correspondiente al año 2013. Extremadura es la comunidad más beneficiada con un superávit del 21,5% sobre el PIB. La más perjudicada, en cambio, es Madrid con un déficit del 8%. Balears sería para Madrid la segunda comunidad más desfavorecida (-6,4%), mientras que la tercera sería Cataluña (-5,5%).

El gobierno de Ignacio González refleja con la publicación de su balanza fiscal la discriminación que considera que sufre su comunidad. Los datos de Madrid están en consonancia con la última balanza fiscal publicada de forma oficial.

La batalla por el nuevo sistema de financiación se ha iniciado. Las balanzas fiscales son, simplemente, un arma que las comunidades emplean para demostrar que deben mejorar su financiación.