Desde el pasado mes de febrero este tipo de impresión también se comercializa en Mallorca. Fue cuando Rafel Payeras, Pere Antoni Pericàs y Biel Vaquer abrieron las puertas de 3DSoma, una ‘copistería' que ya no utiliza papel sino resinas, goma (Rubber), T-glass o plásticos PLA biodegradables para imprimir todo aquello que desee el cliente. Para ello han tenido que hacer una inversión inicial de cerca de 50.000 euros, ya que estas impresoras continúan teniendo precios elevados.
Con ellas pueden imprimir aquello que el cliente desee, desde figuritas para coleccionistas o réplicas de abridores de coche, hasta pulseras de diseño y carteles. La única condición es que tenga unas dimensiones máximas de 46x27x22 centímetros. Así lo explica Rafel Payeras, ingeniero industrial de formación que, junto a Pere Antoni Pericàs, se dedican también al diseño de los productos que el cliente solicita.
“El cliente puede venir con un diseño ya confeccionado o bien solicitarnos que le hagamos tanto el diseño como el objeto impreso”, explica Biel Vaquer, socio emprendedor de 3DSoma y controlador aéreo de profesión.
En realidad, desde que abrieron las puertas al público han diversificado bastante su oferta. Desde personas que solicitan figuras o objetos en miniatura, arqueólogos que reproducen los hallazgos y luego los comercializan, hasta productos de merchandising de índole bien diversa. “Un dentista nos solicitó una muela muy grande para su despacho”, añade Biel. Aunque uno de los clientes más importantes que han conseguido ha sido Majórica y otros talleres joyeros. “Imprimimos el máster del diseño que nos envían en resina para que ellos luego lo puedan utilizar y realizar las piezas”, ejemplifica Pericàs. Hasta el momento Majórica tenía que solicitar este tipo de trabajos a una empresa de Valencia porque en las Islas no había la técnica adecuada.
Los materiales que pueden utilizarse para cada impresión son muy diversos, desde plásticos ABS similares a las figuras de Lego, hasta biodegradables, materiales flexibles de goma o imitación madera o de marés. Las utilidades son muchas. Por ejemplo imprimir una funda de móvil personalizada puede salir por unos 13 euros. “Los presupuestos se hacen personalizados para cada pieza según la volumetría y el material”, explica Payeras, que define su trabajo en impresión 3D “a medio camino entre la producción masiva industrial y la artesanía”. Vaquer destaca que de esta manera se pueden realizar piezas a medida sin necesidad de que sea un encargo a gran escala, por lo que sale más rentable.
Para poder realizar dichos trabajos, los empresarios han tenido que servirse de impresoras de calidad. La primera fue una Leapfrog Creatr, y están a punto de recibir procedente de Amsterdam una Leapfrog Xeed, una impresora con precisión para realizar trabajos que conlleven más dificultad y también objetos más voluminosos. Solo esta última impresora cuesta 8.000 euros.
Pero, además, también apuestan por comercializar las impresoras 3D en Mallorca. Para ello se han puesto en contacto con BCN3D, un proveedor de Barcelona que les facilitará este tipo de impresoras. Se venden por piezas y el cliente la monta en su casa. Su precio ronda los 780 euros y 3DSoma ofrece cursos para aprender tanto el montaje como el funcionamiento. Precisamente la formación es otra pieza clave de la empresa. Para ello desde su web proponen tres cursos para que aquellas personas interesadas en esta nueva tecnología no tengan que salir de la isla para formarse. Los dos ingenieros son los responsables de impartir la formación que, también en un futuro, realizarán en escuelas e institutos.
1 comentario
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Mucha suerte y exito a esta gente que arriesga su tiempo y su dinero para hacerse un hueco en esta economia de mercado que siempre apoya a las multinacionales, y espero que nuestros politicuchos no se entrometan con trabas e impuestos sobre ellos.