Las pérdidas han sido una constante en la sociedad y ahora mismo está en peligro de disolución.

TWL
4

El Real Mallorca no es un buen negocio. Hoy, la situación económica es desesperada y solo la ampliación de capital aprobada -de dos millones de euros-, y aún pendiente de desembolsar, aliviará la grave crisis de la entidad. La Sociedad Anónima Deportiva está en peligro real de disolución. La entidad tiene la obligación de cumplir con los acuerdos del concurso de acreedores para no verse abocada a la desaparición.

El Real Mallorca, desde que se transformara en Sociedad Anónima Deportiva en junio de 1992, ha pasado por vicisitudes muy diferentes. Varias ampliaciones de capital, cambios en la propiedad y en la presidencia, un concurso de acreedores... han sido algunas de las peripecias que han marcado la historia económica del Mallorca en los últimos años.

Los resultados deportivos son siempre lo más importante en un club de fútbol, aunque es evidente que la marcha económica de la entidad determina la confección de las plantillas. La actividad ordinaria del Real Mallorca acostumbra a generar pérdidas, que durante años se han compensado con la venta de jugadores o ampliaciones de capital. De hecho, si sumamos las pérdidas de los diferentes ejercicios desde que el club se convirtiera en Sociedad Anónima y restamos los beneficios, el resultado es desalentador, puesto que la entidad presenta unos números rojos de más de 46 millones de euros. Otro dato significativo es el resultado económico de las actividades ordinarias de la entidad, que arrojan pérdidas superiores a los 200 millones de euros.

El Mallorca ha utilizado en algunas ocasiones diferentes artificios contables para evitar una ampliación de capital que los propietarios del momento no podían afrontar. Así, por ejemplo, el Real Mallorca vendió la ciudad deportiva de Son Bibiloni y sus títulos de copropiedad del Lluís Sitjar a la Fundación para cuadrar sus números en la temporada 2003/2004. El concurso de acreedores, en este sentido, ha sido también fundamental para la viabilidad de la entidad, puesto que ha reducido la deuda considerablemente.

SOCIEDAD ANÓNIMA. El Real Club Deportivo Mallorca se transformó en Sociedad Anónima Deportiva a finales de junio de 1992. El capital social quedó fijado en 3.906.578,678 euros (650 millones de pesetas), repartido en 65.000 acciones nominativas. Poco más de 800 mallorquinistas aceptaron el envite de convertirse en propietarios del club de sus amores, aunque solo se recaudaron unos 300.000 euros (50 millones de pesetas). El resto, hasta completar el capital social mínimo exigido, fue desembolsado por el grupo empresarial encabezado por Miquel Dalmau y que contaba también con el empresario turístico Gabriel Barceló.

Evidentemente, la marcha económica del Real Mallorca ha estado siempre íntimamente ligada con los resultados deportivos. Jugar en Segunda División, en principio, garantiza cuantiosas pérdidas, pero militar en Primera y con buenos resultados deportivos no supone siempre que la sociedad cierre el ejercicio con beneficios.

La primera temporada del Real Mallorca como Sociedad Anónima Deportiva (1992/93), con Miquel Dalmau como presidente, fue la del retorno del equipo a Segunda División. No se consiguió el anhelado ascenso, pero la venta de jugadores provocó que se cerrara el ejercicio contable con un beneficio de 1.293.550,65 euros.

La temporada 1993/94, el Mallorca acumuló pérdidas superiores al millón de euros y no se consiguió el gran objetivo del ascenso. El 21 de julio de 1994 se redujo el capital social a la mitad.

La tercera temporada consecutiva en Segunda División, 1994/95, aún con Miquel Dalmau en la presidencia, supuso un nuevo fracaso deportivo y financiero. Económicamente, en enero de 1995 la junta general de accionistas procedió a aprobar la primera operación acordeón de la historia. Se redujo el capital social de la entidad en 260 millones de pesetas y, simultáneamente, se amplió por idéntica cantidad. La campaña finalizó con más de 17 millones de euros de pérdidas y un nuevo fracaso deportivo.
La situación económica hizo inviable la entidad y Miquel Dalmau y Gabriel Barceló se vieron obligados a vender sus acciones. Bartolomé Beltrán, con el apoyo incondicional del Grupo Zeta de Antonio Asensio, se hizo con el control accionarial de la entidad con el claro objetivo de retornar el club a Primera División. El Grupo Zeta, entonces propietario de Antena 3 Televisión, estaba inmerso en una guerra sin cuartel por el control de los derechos audiovisales. Bartolomé Beltrán revolucionó la entidad, la profesionalizó y modernizó y recuperó la ilusión de la afición, pero su primera temporada se saldó con la frustración de una promoción perdida ante el Rayo Vallecano. Económicamente, en abril de 1996, la junta de accionistas, presidida por Bartolomé Beltrán, aprobó reducir el capital social en 243,75 millones de pesetas y, simultáneamente, se ampliaba por idéntica canditad. Las pérdidas de la temporada fueron ligeramente superiores a los tres millones de euros.

A PRIMERA. La temporada 1996/97 se saldó con éxito deportivo, puesto que el Mallorca, al fin, retornó a Primera División en una dramática promoción ante el Rayo Vallecano. Económicamente, un nuevo desastre. A finales de abril de 1997 se aprobó reducir el capital social de la entidad a cero y, simultáneamente, ampliar hasta el mínimo exigido de 325 millones de pesetas. Esta operación es especialmente relevante, puesto que significó que los más de 800 mallorquinistas que habían adquirido acciones del Mallorca vieron cómo sus títulos pasaban a no tener valor. De esta manera, el número total de accionistas quedaba reducido a poco más de media docena de mallorquinistas. El ascenso a Primera División supuso un incremento sustancial de los ingresos del Real Mallorca, que cerró los tres siguientes ejercicios con beneficios y con importantes éxitos deportivos. El equipo, de la mano del argentino Héctor Cúper, finalizó en tercera posición en la Liga en la temporada 1997/98 y alcanzó el subcampeonato de Copa, al perder en la tanda de penaltis una dramática y recordada final ante el Fútbol Club Barcelona.

La temporada 1998/99, ya con Guillem Reynés en la presidencia y mayoría accionarial del Grupo Zeta, el Mallorca conquistó la Supercopa de España ante el FC Barcelona, en el que supuso el primer título oficial de la historia del club. Disputó la última final de la Recopa de Europa, que perdió ante la Lazio (2-1). Eliminado por el Molde en la previa de la Liga de Campeones, el Mallorca disputó la UEFA y fue eliminado en cuartos de final por el Galatasaray. El Mallorca finalizó en tercera posición en la Liga en la campaña 2000/2001, solo por detrás de Barcelona y Real Madrid, clasificándose así para la Liga de Campeones.

La campaña 2001/2002 fue histórica desde el punto de vista deportivo, puesto que el Mallorca disputó la Liga de Campeones, aunque sufrió y mucho para permanecer en Primera División un año más. Bernd Krauss fue relevado a mitad de temporada por Sergio Kresic y, a falta de dos jornadas, Tomeu Llompart se hizo cargo del equipo y certificó la continuidad en la máxima categoría del fútbol español. Económicamente, el Mallorca, después de cuatro ejercicios con beneficios, retornó a las pérdidas, con un déficit de 2.141.430,56 euros. En el mes de julio de 2012 se aumentó el capital social de la Sociedad en 2.363.552,70 euros, quedando así fijado en 4.316.802,70 euros.
En la temporada 2002/2003, con Gregorio Manzano en el banquillo, el Mallorca ganó la Copa del Rey ante el Recreativo de Huelva (3-0) y salvó la categoría. Económicamente, el desastre fue descomunal, puesto que el Mallorca perdió más de 15 millones de euros. Bartomeu Cursach prestó más de 9 millones a la Sociedad Anónima Deportiva para que no se viera obligada a malvender a Albert Luque.

NUEVA ETAPA. En septiembre de 2003 el Grupo Zeta dejó de ser el máximo accionista y pasó a serlo Bartolomé Cursach, aunque con Mateu Alemany de presidente. El Mallorca aumentó su capital social en 10.050.042,20 euros, quedando fijado en 14.366.844,90 euros. La campaña 2003/2004, irregular deportivamente, fue convulsa en la planta noble, puesto que la relación entre el presidente Mateu Alemany y el máximo accionista Bartomeu Cursach fue tormentosa. El ejercicio se cerró con un beneficio de 5.856.217,62 euros. Un grupo de hoteleros de Mallorca, con presencia de los más grandes -Escarrer, Fluxá y Barceló-, donó 3,3 millones de euros a la Fundación. El Mallorca Sociedad Anónima Deportiva vendió la ciudad deportiva de Son Bibiloni y las acciones del Lluís Sitjar, acumulando así importantes beneficios contables.

Aragonés, que había salvado al equipo del descenso a falta de tres jornadas con una victoria en el Santiago Bernabéu, dejó el equipo y Benito Floro inició la temporada 2004/2005. Deportivamente, el año no fue bueno, puesto que el técnico manchego fue destituido, retornó Héctor Cúper y a falta de siete partidos llegó Gregorio Manzano, que obró el milagro y el Mallorca continuó en Primera División. La entidad presentó pérdidas de 2.326.534,72 euros.

La campaña 2005/2006 comenzó con el relevo en la presidencia. Mateu Alemany abandonó la máxima responsabilidad y Vicenç Grande, que se había convertido una temporada antes en el máximo accionista, le sustituyó. Deportivamente, Cúper inició la temporada, pero dimitió en la jornada 23, después de encadenar siete partidos sin ganar. Gregorio Manzano ocupó su lugar y consiguió salvar al equipo, ya que sumó 24 puntos en quince partidos. Desde el punto de vista económico, la temporada fue catastrófica, puesto que se perdieron 8.727.814,42 euros. De esta manera, se hizo imprescindible una reducción del capital social de la entidad de 7.195.374,90 euros, quedando así fijado en 7.171.470 euros.

Manzano continuó en el banquillo, el equipo continuó en Primera, pero el ejercicio 2006/2007 se cerró con un déficit de 2.669.113,62 euros. En septiembre de 2007 se redujo el capital social a cero y, simultáneamente, se amplió a 4,8 millones de euros.

La crisis institucional y las disputas de Vicenç Grande con diferentes accionistas eran evidentes. El promotor inmobiliario, antes de reducir el capital social, compró las acciones a diferentes miembros del consejo de administración por el precio que las habían adquirido, aunque ya se sabía que no valían nada. Grande se hizo con el control total del club.

La campaña 2007/2008 fue tranquila desde el punto de vista deportivo. Económicamente, el balance reflejó beneficios de 5.282.999,93 euros, pero quedó patente que el Mallorca vivía muy por encima de sus posibilidades, puesto que fue necesario traspasar a Güiza, Ibagaza, Navarro y Pereyra.

En julio de 2008 se hizo una nueva ampliación de capital, pero quedó pendiente de desembolsar 1.486.621 euros. La temporada 2008/2009 fue extremadamente convulsa deportiva, institucional y económicamente. Grande intentó vender el Mallorca al inglés Paul Davidson, propietario de una compañía de tuberías, pero el dinero para hacer efectiva la compra jamás llegó. El presidente se vio obligado a dimitir y Joaquín García, primer ejecutivo del Grupo Drac, accedió al cargo el 19 de diciembre de 2008. Mateu Alemany retornó al club y a la presidencia el 15 de enero con la única intención de salvar al equipo del descenso y buscar el mejor propietario posible. El equipo continuó en Primera, pero el déficit fue de 5.243.385,28 euros.

INESTABILIDAD. La temporada 2009/2010 comenzó con la formalización de la compra del Real Mallorca por parte de Mateu Alemany, que inmediatamente lo vendió a Javier Martí Asensio, que nombró presidente al abogado mallorquín Tomeu Vidal. La nueva propiedad fue incapaz de cumplir sus compromisos y el 11 de octubre de 2009 el club retornó a Mateu Alemany. Deportivamente, el Mallorca acabó quinto, pero la temporada fue catastrófica desde el punto de vista económico, puesto que el déficit fue de 16.596.465,49 euros.

El 9 de junio de 2010 el Mallorca entró en concurso de acreedores y el 29 de junio, Alemany vendió sus acciones a Llorenç Serra Ferrer.

Desde entonces, la inestabilidad institucional se ha incrementado de forma considerable. Josep Pons, Jaume Cladera y Biel Cerdà han ocupado la presidencia y el Mallorca cerró los ejercicios de la temporada 2010/2011, 2011/2012 y 2012/2013 con beneficios, aunque después de 16 años en la máxima categoría, el equipo descendió a Segunda División.

En la temporada 2011/2012 el Mallorca salió del concurso en marzo de 2012 y, aunque presentó beneficios, los resultados económicos generaron una gran polémica, puesto que el club contabilizó los 15 millones de la quita del concurso de acreedores de una vez. El accionista Utz Claassen interpuso una demanda contra Cladera y Serra Ferrer al observar indicios delictivos en su gestión de la capaña 2011/2012. El juicio se ha celebrado esta semana, pero, evidentemente, aún no hay veredicto.

Vicenç Grande, ya durante 2014, fue declarado culpable del concurso del Real Mallorca y condenado a pagar más de dos millones de euros. Inicialmente había sido condenado a pagar más de cinco millones. El exmáximo accionista y expresidente presentó recurso ante el Tribunal Supremo, que aún no se ha resuelto.

En la temporada 2013/2014, la primera en Segunda División después de 16 años, el Mallorca perdió poco menos de cinco millones de euros, aunque las cuentas anuales todavía no han sido aprobadas.

El futuro del Real Mallorca es complicado, puesto que la más que probable venta del joven Marco Asensio, junto a los dos millones de la ampliación de capital aprobada, servirán para llegar a final de temporada sin grandes dificultades. El futuro, sin ascenso, requiere importantes sacrificios o un mecenas dispuesto a perder mucho dinero. Y con el peligro de disolución siempre al acecho.