Sin embargo, existe otra tendencia de vídeos mucho más breves que nació el año pasado con el lanzamiento de Vine y de los vídeos en Instagram. Vine es una aplicación móvil desarrollada por Twitter que permite crear y publicar vídeos de 6 segundos que se reproducen en forma de “loops” (se repite continuamente el mismo vídeo).
Los de Instagram son algo más largos, 15 segundos, y se encuentran alojados dentro de la app junto con las fotografías que compartimos.
El formato de vídeo corto nos permite ofrecer inmediatez en la creación y compartición de contenido. Cada vez consumimos más el “real time” y nos interesa lo que sucede “ahora”. Un vídeo que grabamos hoy y colgamos al cabo de una semana pierde interés. La solución es utilizar estas aplicaciones para grabar con el móvil unos segundos y subirlo al instante con el hashtag correspondiente.
A los usuarios de Vine se les llama “viners” y su comunidad hispana más grande tiene como punto de encuento vinealo.com. La gran ventaja frente a Instagram es la previsualización en Twitter, que nos genera cierta viralidad. HP, Burberry, Oreo y hasta Obama (en la cuenta de la Casa Blanca) ya lo utilizan.
En Instagram están los “igers”, aquí @IgersBalears, y su comunidad mundial es instagramers.com. La ventaja de Instagram es el gran número de usuarios de esta red social y la cantidad de marcas que lo han incorporado en su estrategia de márketing online.
Todavía queda mucho vídeo por delante... Facebook asegura que en 5 años el 90% de sus publicaciones será vídeo y en el primer semestre de 2015 podremos subir vídeos directamente a Twitter. ¡Tendremos que demostrar nuestro arte tras la cámara!
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