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El vídeo cobra día tras día más fuerza en las redes sociales. Youtube es una de las plataformas líderes en este formato, en el cual ya se han generado comunidades como los “youtubers” (usuarios que mueven una gran masa de suscriptores), a quienes las marcas no les pierden la pista.

Sin embargo, existe otra tendencia de vídeos mucho más breves que nació el año pasado con el lanzamiento de Vine y de los vídeos en Instagram. Vine es una aplicación móvil desarrollada por Twitter que permite crear y publicar vídeos de 6 segundos que se reproducen en forma de “loops” (se repite continuamente el mismo vídeo).

Los de Instagram son algo más largos, 15 segundos, y se encuentran alojados dentro de la app junto con las fotografías que compartimos.

El formato de vídeo corto nos permite ofrecer inmediatez en la creación y compartición de contenido. Cada vez consumimos más el “real time” y nos interesa lo que sucede “ahora”. Un vídeo que grabamos hoy y colgamos al cabo de una semana pierde interés. La solución es utilizar estas aplicaciones para grabar con el móvil unos segundos y subirlo al instante con el hashtag correspondiente.

A los usuarios de Vine se les llama “viners” y su comunidad hispana más grande tiene como punto de encuento vinealo.com. La gran ventaja frente a Instagram es la previsualización en Twitter, que nos genera cierta viralidad. HP, Burberry, Oreo y hasta Obama (en la cuenta de la Casa Blanca) ya lo utilizan.

En Instagram están los “igers”, aquí @IgersBalears, y su comunidad mundial es instagramers.com. La ventaja de Instagram es el gran número de usuarios de esta red social y la cantidad de marcas que lo han incorporado en su estrategia de márketing online.
Todavía queda mucho vídeo por delante... Facebook asegura que en 5 años el 90% de sus publicaciones será vídeo y en el primer semestre de 2015 podremos subir vídeos directamente a Twitter. ¡Tendremos que demostrar nuestro arte tras la cámara!