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Los ‘big data’ son un producto de la revolución digital que generan conocimiento, innovación y valor económico, y configuran una infinidad de escenarios que se pueden crear en un futuro paradigma epistémico que describe los cambios sociales en las sociedades actuales, empleando conceptos, como la sociedad de la información, la sociedad del conocimiento o la llamada sociedad red por Manuel Castells, que procesa la virtualidad y la transforma en realidad.

El mundo del ‘big data’ al que irremediablemente nos estamos dirigiendo a través de las nuevas tecnologías se corresponde con un término impreciso, que se refiere a volúmenes muy grandes, masivos, de datos, que en el ámbito tecnológico se calculan en millones de terabytes. En el programa Horizon 2020 de la UE, los ‘big data’ definen como volúmenes de datos que no se pueden procesar con las herramientas tradicionales.

Las observaciones que se obtienen con el análisis de los datos masivos representan una nueva concepción de la gestión del conocimiento y en el campo empresarial pueden ser muy relevantes para las actuaciones de los agentes económicos y sociales, y por ello se han convertido en herramientas para muchas actividades (logística, sanidad, medios de comunicación, hostelería, transporte, buscadores de internet, etc. etc.) porque, como señala, V. Mayer, tienen, per se, un valor latente que genera con su uso primario, es decir, por el que han sido concebidos, y en muchos casos su uso secundario potencial que puede llegar a ser incluso superior.

Los ‘big data’ se encuadran en una subtipología de las TIC y como tales un activo intangible de la empresa que plantean grandes desafíos en su gestión. Además de la innovación tecnológica que se precisa para su utilización fructífera, se requieren también procesos empresariales estratégicos que afectan tanto al rendimiento y objetivos del negocio, como a la propia reputación corporativa y la credibilidad frente a terceros.

Los ‘big data’ representan un cambio en la utilización de las TIC, y el empresario deberá encontrar una respuesta específica a los nuevos retos que el uso de estas nuevas formas de conocimiento implican, como complementar su gobernanza con las metodologías tradicionales de tratamientos de la información de los ‘small data’.

Como en toda actividad empresarial, en los ‘big data’ también el riesgo es inherente en la toma de decisiones y exige la adopción de medidas de gestión y control, que podemos resumir en: la seguridad (el almacenamiento de grandes volúmenes de datos implica un riesgo de pérdida o acceso indebido), la protección de la privacidad (hay que garantizar la confidencialidad de los datos personales) y la carencia o el exceso de volumen de datos (que pueden impedir resultados fiables o pueden saturar la infraestructura algorítmica), problemas internos (p.e. cambios en las páginas web de hoteles) y finalmente ataques externos para manipular los resultados.

A pesar de las dificultades de cuantificar la creación de valor, hay evidencias suficientes que muestran que las empresas que usan de forma habitual los ‘big data’ obtienen resultados económicos superiores.

Es por ello que dirigimos nuestro aviso a los empresarios de que en la utilización de los datos masivos pueden encontrar una herramienta estratégica en la cada vez más compleja gestión corporativa.