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Una reciente estancia en Cuba del Observatorio de la Real Academia de Ciencias Económicas me ha permitido constatar la evolución del país en relación con las inversiones españolas y la incidencia en su economía que, pasando de unas inversiones prácticamente inexistentes (excepto la cadena Meliá ), a la promulgación en 2014 de la nueva Ley de Inversión Extranjera, que establece ciertas garantías para los inversores extranjeros, aunque los procedimientos para la aprobación y establecimiento de negocios es todavía un proceso largo y burocrático.

Nos referimos especialmente a la dualidad del sistema monetario (los pesos CUP y los pesos CUC “convertibles”, que lleva a sobrevalorar el tipo de cambio real) y el regulado para el Régimen Laboral a través de las Agencias Empleadoras, que representa una fuerte desmotivacion para los trabajadores y una de las principales fuentes de insatisfacción de los inversores extranjeros que no pueden seleccionar libremente el personal.

Se ha constatado, sin embargo, el cambio significativo de las autoridades cubanas de atraer la inversión extranjera, para actualizar el modelo económico y el paulatino levantamiento del bloqueo, y después de la reciente visita del presidente Obama se espera un importante crecimiento en varios sectores de la economía caribeña.

Y es el sector turístico el que presenta uno de los mejores comportamientos en la economía cubana, por un crecimiento sostenido en los últimos años, al rebasar ya el umbral de los 3,5 millones de visitantes, de los que el 39,13% fueron canadienses y que será rebasado en un futuro muy próximo por el turismo norteamericano.

Las multinacionales estadounidenses del sector turístico (Marriot, Airbnn, Carnival, Booking, compañías aéreas ...) ya se han apresurado a preparar y cerrar acuerdos para estar presentes y competir en el mercado cubano.

El pasado año ha sido testigo de un espectacular incremento del turismo español, propiciado por los 13 vuelos semanales entre España y Cuba (6 de Iberia, 7 de Europa y 3 de Evelop).

La evolución a país estable, respetuoso con los inversores extranjeros... y los importantes vínculos lingüísticos y culturales con España son una ventaja y deben ser valorados muy positivamente por las empresas de Balears del sector turístico y desarrollo inmobiliario, que son sectores que Cuba desea priorizar y que generan un efecto multiplicador que arrastra el resto de actividades.

Y las potentes cadenas hoteleras de Balears, con su experiencia y know how, no pueden quedar al margen de esta oportunidad de oro que se abre en el país caribeño, y los estudios macroeconómicos arrojan resultados muy positivos al conocer el alcance de cada unidad monetaria invertida.

Creemos que Cuba es consciente de que ha llegado su hora, y para ello acaba de abrirse al mercado internacional poniendo en marcha 240 proyectos, entre los que destacamos la Zona Especial de Mariel, que abarca un área de 465 Km2, a solo 45 Km de La Habana, con incentivos específicos, que auguran a las empresas que se instalen allí grandes oportunidades en el mercado interior cubano y la posibilidad de convertirse en plataformas logísticas por su fácil acceso a los mercados del Caribe y América Central.