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Sampol siempre ha apostado por mantener su sede en Mallorca, porque es nuestro origen, pero también ha defendido siempre que para garantizar su futuro, Baleares necesita desarrollar sectores productivos que complementen al turístico, como la actividad industrial que ha desarrollado nuestra empresa durante los últimos 80 años.

He tenido la oportunidad de conocer la iniciativa que ha desarrollado un ciudadano de Palma, José Navas, y que apoyan instituciones locales como la Universidad, la Cámara de Comercio y la Autoridad Portuaria, pero que requiere del apoyo mayoritario de todos nosotros. Se trata de la iniciativa Ramon Llull 2030, que pasa por plantear nuevas alternativas socioeconómicas para Baleares con Palma como centro estratégico. En efecto, Palma debe ser una ciudad renovada que apueste por la innovación, el talento y la economía social.

En la periferia de la ciudad existen una serie de infraestructuras que conforman el Corredor de la Ciencia y la Tecnología desarrollado en su mayoría en los años 80/90 (Parc Bit, la Universidad, el IMEDEA y Son Espases) pero que necesitan mayor visibilidad. Además, Palma cuenta actualmente con cuatro elementos que pueden ser fundamentales en la configuración de este nuevo modelo de ciudad: Moll Vell, edificio Gesa, Palacio de Congresos y el barrio de Nou Llevant. Estos cuatro elementos están situados en una zona urbana frente al Mediterráneo, rodeados de parques y jardines, junto al barrio gótico de Palma y con una buena conexión con el aeropuerto y el Corredor de la Ciencia y la Tecnología. Lo que plantea la iniciativa Ramon Llull 2030 es que se desarrolle alrededor de la bahía de Palma, que se podría denominar “La Bahía del Talento”, un espacio urbano que sea el revulsivo y el germen de un nuevo modelo de ciudad creativa, inteligente, que catapulte a Baleares hacia un nuevo escenario socioeconómico, que garantice nuestro futuro.

Desde Sampol estamos directamente implicados en esta visión puesto que somos propietarios del edificio de la antigua fábrica Gorila, ubicado en el barrio de La Soledad, colindante con el barrio de Nou Llevant. Siempre hemos tenido voluntad de hacer de este espacio un edificio para disfrute de los vecinos del barrio, conscientes de que es esta infraestructura es patrimonio industrial, en una zona que fue el corazón productivo de Palma, y que puede volver a ser el centro de una nueva industria compatible con el nuevo modelo económico. El proyecto Ramon Llull 2030 propone un nuevo modelo de ciudad y urbanismo participativo, recuperando patrimonio industrial, sin invertir en nuevas edificaciones y dedicando la posible financiación al desarrollo de un proyecto de futuro para Palma y para Baleares, que nos situaría como un referente en ciencia y tecnología en el Mediterráneo y en Europa, algo que podemos lograr con el esfuerzo y la colaboración de entidades públicas y privadas.