Palma resultó ser la sede idónea, no solo por ser una de las cunas del turismo mundial, sino porque hace ya bastante tiempo que nuestras empresas y empresarios del sector comprendieron la importancia de un turismo responsable, tanto social como medioambientalmente; los diversos paneles y ponentes pusieron de manifiesto la existencia de un tejido empresarial, político, y asociativo, consciente de los riesgos y sensibilizado ante la importancia de que el negocio turístico sea plenamente responsable.
En concreto, nuestro panel Smart Communications reunió a algunos de los responsables de marketing y comunicación de las grandes cadenas hoteleras en torno a cuestiones candentes sobre el papel de las empresas en la sensibilización social y la actitud de nuestros clientes y turistas hacia la sostenibilidad. El panel puso de manifiesto que todos, pequeñas o grandes cadenas, compartimos la misma preocupación, y, lo que es más importante aún: que nuestros clientes, nuestros inversores, y los principales touroperadores con los que trabajamos son también sensibles a ello, y nos lo exigen cada vez más para trabajar y reservar con nosotros; un 85% de los clientes de Meliá Hotels International, por ejemplo, valoran positivamente los compromisos y actuaciones de los hoteles con relación al medioambiente y a la sociedad, y cada vez más agencias de viajes y touroperadores incluyen cláusulas de sostenibilidad en sus contratos. Una empresa cotizada en bolsa como Meliá está presente, de manera prioritaria, en fondos como el llamado FTSE4Good Ibex, que incluye solo a Compañías responsables, que puedan interesar a inversores sensibilizados.
Las compañías hoteleras nos preocupamos por combatir el cambio climático, pues no solo somos grandes consumidores de energía, sino que tenemos una gran capacidad de influencia, ejemplo y casi de “prescripción” entre nuestros clientes y la sociedad. De igual modo, colaboramos con las comunidades, especialmente en países en desarrollo, encontrando una extraordinaria respuesta por parte de nuestros clientes y empleados.
En destinos exóticos los hoteles son a menudo auténticos agentes de promoción y desarrollo social, colaborando en la generación de empleo, la construcción de infraestructuras y promoviendo la solidaridad y sensibilización de los clientes, pero sin salir de nuestras Islas, los hoteles y las cadenas tenemos grandes ejemplos de eficiencia energética, accesibilidad, involucración con la comunidad y la cultura local, e incluso, como sería el caso de Meliá en la zona de Magaluf, de colaboración con la regeneración integral de un destino.
Con humildad y prudencia ante los desafíos pendientes, el Congreso Smart Destinations nos ha confirmado que nuestro sector turístico quiere, y puede, aprovechar su potencial e influencia para mejorar el entorno y dotar de un futuro más sostenible a nuestra sociedad.
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