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Durante años hemos visto cómo la bolsa española ha ido mucho más rezagada en la recuperación que han vivido otras europeas, que a su vez ha sido inferior a las de fuera del Viejo Continente.

Evidentemente no es casualidad y se ha debido principalmente a la inestabilidad política, los intereses en Brasil y la salud de la banca. Sin embargo en los últimos meses estamos viendo cambios. El más radical ha sido el trasvase de inestabilidad política desde España, donde parece que se ha constituido un Gobierno relativamente fuerte, hacia otros países. Así, esta semana hemos tenido elecciones en Holanda y próximamente se celebrarán en Francia y Alemania. Si a esto le unimos la situación italiana, cuya bolsa ya está siendo penalizada, y el posible brexit convierten a España en uno de los más sólidos.

La recuperación de Brasil también ayuda, debido a que muchas empresas hacen negocios allí. Una de las más destacadas, y con más peso en el IBEX, es el Santander, que está viviendo un rally bursátil significativo. Por el contrario, México (especialmente para BBVA) y Reino Unido (para IAG o Ferrovial) se han convertido en un riesgo que debería tener menos impacto.

La “curación” del sistema financiero no está tan clara; si bien es cierto que la situación ha mejorado, todavía queda trabajo por hacer y vemos cómo Popular está en la picota ante fusiones u otras operaciones corporativas, y que el FROB acaba de anunciar la intención de fusionar Bankia con BMN.

El aspecto técnico del IBEX está ahora en un momento clave que nos dirá si lo enumerado anteriormente es cierto: sería una gran señal que consolidara por encima del nivel de 9.800-10.000 puntos. Si lo consigue, el primer objetivo de 11.000 y el segundo de 12.000-12.200 serían realistas. Eso sí, quitaría razones para invertir si no lo hace y pierde los 9.500 en primera instancia y los 9.200 en segunda.