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Retomando una tradición que en su día instaurara Alfonso XIII, se viene celebrando desde hace 37 años la Copa del Rey de Vela en nuestra bahía y organizado por el Real Club Náutico de Palma. La Copa cuenta habitualmente con la participación del monarca, como ya sucediera a principios del siglo XX, y tiene que ver con el lugar de residencia veraniega de la familia real.

A través de las ediciones se ha venido consolidando como una cita ineludible en el mundo de las regatas de alta competición y hoy es la competición náutica de referencia mundial. Los datos que maneja la organización merecen ser, aunque sea someramente, conocidos pues revelan su importancia y dan a entender el impacto de la competición sobre la sociedad mallorquina y su economía. Competirán este verano 156 embarcaciones de primer nivel divididas en 12 categorías que representan a una treintena de países. Compiten dos mil doscientos regatistas, muchos entre la élite mundial. Las pruebas se desarrollan entre los días 28 de julio y 4 de agosto en cinco campos de regatas que ocupan la práctica totalidad de la bahía de Palma.

Por otra parte se acreditan alrededor de 400 periodistas de diversos medios nacionales e internacionales especializados en el ámbito náutico y también la prensa social o del corazón, amén de los medios generalistas, prensa, radio y televisión, lo que de por sí ya da una idea de la proyección a todos los niveles que esta importante regata procura.
El enorme esfuerzo logístico del RCN de Palma apoyado en el ejemplar patrocinio de Mapfre, que moviliza a un sin número de personal de marinería en mar y en tierra, jueces de regatas, personal de mantenimiento, barcos de seguimiento, etc., constituye la mejor garantía de la celebración de un evento que año a año mejora la proyección de Mallorca como lugar de ocio y vacacional.

Los equipos competirán en alguna de las doce clases en que se divide la flota en un ambiente de fair play, no exento de intensa pugna por la victoria. El espectáculo de gran belleza que configuran las velas en la bahía contribuye a proyectar una imagen de un destino turístico deportivo, con los beneficios, económicos, sociales y ambientales que lleva aparejada esta condición. Ya hemos hablado en otras ocasiones desde esta tribuna de la importancia del turismo activo, como elemento diversificador de la cartera turística balear; el ciclismo, el senderismo, la organización de eventos deportivos… muy alejados de terribles acontecimientos que con demasiada frecuencia generan titulares y situaciones indeseables para un destino turístico de primer orden como es Balears.

Las administraciones y especialmente el RCNP han sabido apostar por la vigencia de este acontecimiento y han contribuido a mejorarlo con el paso del tiempo acompañados por los espónsors que juegan un papel muy relevante. Actualmente bajo el patrocinio de Mapfre, empresa que se viene implicando en el apoyo de importantes acontecimientos náuticos, y mención especial merece este año el brillante resultado de su embarcación en la Volvo Ocean Race y en la que se pudo ver cómo los regatitas del velero Mapfre llevaron al límite de la resistencia humana su actividad. Todo un ejemplo.

La Copa del Rey iza velas y la ciudad nota ya su presencia no solo en los pantalanes sino en buena parte de la capital, pues el impacto de la regata sobrepasa el territorio del RCN de Palma. Hoteles, restaurantes de moda, cafeterías, empresas dedicadas al mantenimiento en el mar y tantas otras actividades participan en mayor o menor medida. Esa regata de ya larga tradición honra a la ciudad portuaria y marinera que es Palma y supone, en la mitad del verano, un motivo para la certeza de que no todo va tan mal. En definitiva, que gane el mejor.