Aina Ginard, redactora de El Económico, analiza la entrevista a Sara del Mar García y Antonina Ricaurte, preisdenta y secretaria de Kellys Unión Balear.

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Sara del Mar García y Antonina Ricaurte son la presidenta y la secretaria, respectivamente, de Kellys Unión Balear. La cara visible de las más de 40.000 camareras de pisos que trabajan en los hoteles de Balears. Sus dos principales reivindicaciones son una regulación de la carga de trabajo que soportan y que se reconozcan sus achaques como enfermedades profesionales.

Niegan que se esté alargando la temporada turística y explican que con las remodelaciones de los hoteles tienen todavía más trabajo que antes. «No es verdad que se alargue la temporada. Es falso», dice tajante Antonina Ricaurte. Sara del Mar García lo ratifica: «No es verdad. Trabajamos seis meses. Puede ser que en alguna zona sí, pero en la zona de Calvià se trabaja de Semana Santa a 31 de octubre, incluso este año se ha reducido al 28 de octubre. Y el año que viene la Semana Santa cae en abril, todavía peor», lamenta.

El principal problema de trabajar seis meses es que tienen que pasar dos años para sumar un año de cotización y también para poder cobrar el subsidio por desempleo. «¿Cómo nos vamos a jubilar a los 67 años trabajando seis meses al año?», se pregunta Ricaurte.

Sara del Mar García y Antonina Ricaurte, representantes de las 'kellys'.

Explican que la temporada turística ha sido similar a las anteriores. «Esta temporada ha sido muy fuerte. Si ha venido menos gente, no lo hemos notado. Ha habido muchas camas extra. En julio y agosto sufrimos un exceso de trabajo», indica Sara del Mar García.
Además, no están contentas con las reformas que se han hecho en los hoteles.

«Las reformas han empeorado la carga de trabajo. En la ducha han puesto mampara de cristal en lugar de cortinas. Ponen la habitación llena de espejos. Y las terrazas también dan más trabajo, porque todos los hoteles han puesto el balcón de cristal. Los muebles es cierto que se limpian mejor, pero también han puesto más cojines, un plaid, y hacer la cama lleva más tiempo», explican, añadiendo que se mira más «la estética».

MEJOR CONVENIO DEL PAÍS. No obstante, reconocen que las kellys de Balears son las que viven una mejor situación de España. «Tenemos el mejor convenio», indica Ricaurte, a lo que García añade que económicamente están «bastante mejor» que en otras zonas de España porque en las Islas no hay prácticamente externalización. Están satisfechas con su sueldo, que ronda los 1.300 euros, pero reivindican que a menor carga de trabajo, menos enfermedades.

El volumen de trabajo de una camarera de pisos varía a lo largo de la temporada. En los meses de primavera su tarea es más sencilla porque vienen más parejas y personas mayores. No hay camas supletorias. En cambio, en temporada alta llegan las familias con niños y los jóvenes, que dan mucha más faena en la habitación.

«Nos encantan las personas mayores. En cambio, los ingleses jóvenes y de mediana edad son muy incívicos. Y los rusos comen en la habitación y, quieras o no, ensucian más», especifica García.

Las kellys piden que se regule la carga de trabajo, pero no por habitaciones sino por tareas concretas. Por ejemplo, explican, no es lo mismo un hotel de ciudad que uno de playa, con niños o solo adultos. Hacen hincapié en el tema de las camas supletorias, que multiplican y dificultan el trabajo porque «casi no queda espacio en la habitación». «Las habitaciones de hotel son como los Kinder Sorpresa: nunca sabes lo que te vas a encontrar hasta que entras», compara riéndose García.

También lamentan que se han destruido puestos de trabajo cuya carga han asumido las camareras de piso. Es el caso del fajín, que les traía la ropa limpia al carro y se llevaba la sucia o aspiraba los pasillos. También tienen que encargarse de reponer el minibar o comunicar lo que falta y han asumido la limpieza de zonas nobles, según explican.

ENFERMEDADES. Recientemente se han reconocido las enfermedades profesionales de las camareras de pisos que afectan a los miembros superiores, como el síndrome del túnel carpiano. Ahora luchan para que se reconozcan también las enfermedades que afectan a la columna vertebral y los miembros inferiores. Estar de baja por enfermedad profesional les permite cobrar el 100% del sueldo en lugar del 75% por enfermedad común.