Creo que muchos legisladores viven en un mundo paralelo en el que todo es simple y sencillo. Esto parece suceder con la imposición de un nuevo trámite en el procedimiento de constitución de una hipoteca cuando se trate de personas físicas y de una vivienda, el llamado test de capacitación, que será supervisado y realizado ante notario a través de un acta.
Por supuesto este acta se establece como gratis para las partes. Esta tendencia a la gratuidad, que creo que se da bastante menos en otras profesiones, no es nueva y parece ya norma general, como ocurrió con las juras de nacionalidad, poderes electorales, envío de copias a blanqueo de capitales, etcétera.
Usted viene a mi notaría, se supone que ha negociado con el banco las condiciones de su hipoteca, necesita el préstamo porque quiere comprarse una casa que supongo también tiene vista y apalabrada con el vendedor.
Primera posibilidad: entiendo que no tiene conocimientos suficientes financieros para la operación, y como soy muy listo le califico negativamente por no entender las cláusulas y le niego la posibilidad de firmar. Como es lógico usted se cabrea conmigo y se queda sin la casa y la reserva de la misma. El banco probablemente no quiera volver a saber de mí y yo quedo como el malo de la película.
Segunda posibilidad: usted entiende perfectamente toda la operación y yo tocado por la mano de dios (en este caso legislador) le doy mi visto bueno. Con el tiempo se le tuercen las cosas y no se paga el préstamo. “El notario me dio el ok”. Usted se enfada porque piensa que no le asesoré bien, el banco se enfada aún más y me hace responsable.
En resumidas cuentas, si todo va bien, genial, pero si algo falla, con perdón “me la acabo comiendo yo”.
A todo esto hay que sumar la molestia de tener que hacer una doble visita a la notaría, la previa con el tiempo de antelación fijado legalmente y la definitiva (vaya usted a saber si en otra notaría más cómoda para el banco) ampliando además los plazos en los que hay que tener preparada la documentación definitiva como si el mundo se detuviera a nuestro alrededor porque total un mes arriba o abajo no es importante para el legislador.
Estoy muy a favor de la seguridad del sistema, mejorable cómo no, pero con lógica. Los riesgos de cualquier operación deben siempre ser ponderados por los clientes y por las entidades financieras, pero yo no soy detective, no puedo asumir más.
Una correcta minuta de préstamo hipotecario, sin cláusulas oscuras o de difícil entendimiento, una adecuada explicación previa y una lectura atenta de la escritura en el momento de su firma son la mejor garantía para el prestatario y para el propio banco, y ahí es donde se tiene que incidir y mejorar, ahí es donde yo como notario puedo ayudar, asesorar y controlar la parte que me corresponde, sin necesidad de nuevos inventos.
Otra cosa es que la verdadera voluntad del legislador sea la de poner cada vez más trabas a las hipotecas para que estas pasen a ser un “animal en extinción”, que igual es de lo que se trata.