Son ya 13 los albergues juveniles que existen en Mallorca, ocho de ellos en el municipio de Palma. Suman un total de 969 plazas. Desde finales del año 2017 todos los consells tienen transferidas las competencias sobre la tramitación de estos establecimientos.
CLIENTES. Miquel Oliver es el presidente de la Asociación de Albergues Juveniles de Balears, que agrupa a ocho instalaciones. Es el propietario del Fleming Hostel. Considera que ofrecen un servicio básico y a un precio más asequible pero considera que “no es de baja calidad”.
Los grupos de escolares de viaje de estudios, o que van de viaje en verano con diferentes asociaciones deportivas o de tiempo libre, buscan los albergues juveniles porque se adaptan a sus necesidades.
Y otro de los perfiles de alberguista es el de gente curiosa que busca compartir experiencias vitales: “La mayoría son jóvenes que quieren compartir experiencias. Viajan por el mundo. Muchos de ellos se han cogido un año sabático y están muchos meses fuera de casa con solo una mochila. En Palma quieren descubrir la ciudad, mientras que en los pueblos tienen más interés por los deportes, sobre todo cerca de la Serra de Tramuntana. Son un turismo educado y joven”, indica. También añade que la improvisación y la incertidumbre forman parte del día a día debido a la escasa planificación de sus clientes.
“Tenemos muchas reservas de última hora. Son gente que no planea sus estancias. Van mirando vuelos baratos y se mueven de una ciudad a otra en función del transporte, luego ya miran el alojamiento. Muchos de ellos vienen sin reserva, incluso en verano, y si está lleno pues se van a otro albergue. También vienen jóvenes que buscan trabajo y están aquí durante los primeros días”, explica.
Llegan alberguistas de todo el mundo. “No te podría decir un país del que no hayamos tenido a alguien”, indica Oliver. De hecho, en el We Hostel coleccionan billetes de diferentes monedas y tienen una treintena expuestos.
La interactuación, el conocer gente y el compartir son los valores principales. “Viajan solos pero no quieren estar solos. Pudiendo escoger estar solos en una habitación, prefieren estar donde hay otra gente. Enseguida hacen planes juntos para visitar Palma, ir a la playa, a la Serra o incluso seguir el viaje por el mundo juntos”, añade Oliver.
Como curiosidad, desde el Palma Port Hostel indican que, según su experiencia, hay más mujeres mochileras viajando solas que hombres. Marta Casado, del albergue juvenil Sa Fita Backpackers de Esporles, explica que por su ubicación, cerca de la montaña, acogen a alberguistas que comparten sus mismos “valores de pasión por la naturaleza, la montaña y el deporte”.
El registro actualizado del Consell de Mallorca contabiliza trece albergues juveniles y la mayoría ha abierto sus puertas en los últimos años.
Ocho de ellos están en Palma: son el Central Palma Youth Hostel, el Urban Hostel Palma, Pura Vida Hostel Palma, Hostel Fleming, Palma Port Hostel Sport & Life, Albergue juvenil Singular Hostel, We Hostel Palma y el New Age Hostel del Secar de la Real.
Otros cinco están en la Part Forana y son Sa Fita Backpackers de Esporles, la Hospederia-alberg de Lloseta, el Hostel Sóller, el albergue asistencial Mal Pas y el Alberg de la Victòria de Alcúdia.
NORMATIVA. El reglamento que los regula es el Decreto 23/2018, de 6 de julio, que desarrolla parcialmente la Ley 10/2006, de 26 de julio, Integral de la Juventud.
Se consideran instalaciones juveniles con alojamiento los albergues juveniles, los campamentos, las casas de colonias, las granjas escuela con alojamiento y los refugios que están al servicio de niños y jóvenes y que facilitan la convivencia, el alojamiento, la formación, la participación en actividades sociales y culturales o la utilización adecuada del tiempo libre. No se pueden ubicar al lado de focos susceptibles de contaminación ni en viviendas plurifamiiliares o adosados.
Estas instalaciones pueden ser permanentes o de temporada y tienen que disponer de un proyecto educativo. Los niños y jóvenes de hasta 30 años son los principales usuarios. En los albergues juveniles, los mayores de 30 años pueden utilizar estas instalaciones solo si tienen el carnet de alberguista de la Red Española de Albergues Juveniles (REAJ), que se puede adquirir al momento.
Asimismo, deben garantizar el acceso y la estancia a personas con discapacidad o movilidad reducida y los carteles de información deben estar redactados al menos en catalán.
Los albergues juveniles deben disponer, como mínimo, de área de recepción, cocina y comedor, dormitorios, servicios sanitarios, sala polivalente y zonas exteriores. Las habitaciones tienen que ser de uso compartido y acoger cada una un mínimo de cuatro plazas, preferentemente en literas de dos plazas. Se puede ofrecer como máximo una habitación individual o doble por cada treinta plazas.
Las instalaciones deben anunciarse, promocionarse y comercializarse a través de canales propios y específificos destinados a instalaciones juveniles.
Los albergues pueden abrir una vez presentada una declaración responsable. Posteriormente, se inspecciona el cumplimiento de la normativa.
La Xarxa d'Albergs Juvenils de les Illes Balears es una sección diferenciada dentro de la Xarxa d'Instal·lacions Juvenils, que aglutinan el conjunto de instalaciones destinadas a jóvenes radicadas en las Islas, ya sean públicas o privadas.
Integrarse en la Xarxa d'Albergs Juvenils es un requisito imprescindible para integrarse en la Red Española de Albergues Juveniles (REAJ) y ser reconocidos por la Federación Internacional de Albergues Juveniles (Internacional Youth Hostel Federation). Para ello, hay que dar de alta el albergue en cuestión en el censo insular y luego comunicar esta inscripción al Govern para que haga lo propio en el censo autonómico. En cualquier caso, no es obligatorio formar parte de la Xarxa.
Los albergues juveniles no tienen la obligación de recaudar el impuesto del turismo sostenible. La consellera de Cultura, Participació i Esports Fanny Tur ha afirmado que el decreto que regula los albergues juveniles no es un “coladero” para instalaciones turísticas.
La figura de albergue ya se menciona en la Ley del Turismo de 2012 y se define como establecimientos que facilitan al público en general servicios de alojamiento en habitaciones de capacidad múltiple, con o sin otros servicios complementarios de manutención, y que pueden ofrecer actividades de ocio, educativas, de contacto con la naturaleza o deportivas. Se emplazaba a la administración competente a crear el régimen jurídico de estos alojamientos, pero aún no se ha llevado a cabo.