El Ajuntament d'Eivissa y el Centro de Interpretación Madina Yabisa han puesto en marcha, un año más, una serie de itinerarios patrimoniales por Dalt Vila con la intención de dar a conocer al público en general distintos valores y aspectos culturales y patrimoniales de la ciudad histórica, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999. “El objetivo es que la gente suba a Dalt Vila, la disfrute y la entienda; que al pasear por sus calles pueda diferenciar sus elementos”, apunta Ángeles Martín, coordinadora de Madina Yabisa.
Estas rutas a pie guiadas y gratuitas, que se organizan desde el año 2015, se llevarán a cabo durante los fines de semanas y tendrán una periodicidad de dos salidas al mes. La primera ya tuvo lugar el pasado 18 de enero y la próxima, que lleva como título ‘La ciudad en la antigüedad', se celebrará este domingo 26 de enero. En este paseo se mostrarán los restos arqueológicos conservados en Dalt Vila que permiten conocer el origen y la extensión de la ciudad en cada época. Entre otros, se explicará la importancia arqueológica del yacimiento de la calle de Santa Maria, se visitarán los vestigios de la ciudad fenicio-púnica que se conservan en el edificio del Museo de Arte Contemporáneo (MACE) y se descubrirán otros vestigios al pie de la muralla renacentista difíciles de reconocer para el público en general.
Una de las particularidades de Dalt Vila, que así es como se conoce desde el siglo XVI a la parte más antigua de la ciudad de Eivissa situada en lo alto del Puig de Vila, “es que ha estado habitada desde el siglo VI antes de Cristo hasta la actualidad ininterrumpidamente”, explica Martín.
Fenicios, púnicos, romanos, vándalos, bizantinos, musulmanes y cristianos han dejado sus huellas en la ciudad antigua a lo largo de los siglos. Y eso se nota también en la disposición de las calles de Dalt Vila, que será la temática de los itinerarios en el mes de febrero (domingo 8 y sábado 22). “Queremos mostrar cómo ha evolucionado urbanísticamente la ciudad antigua pasando desde la cima hasta la vertiente suroeste del Puig de Vila, que era la zona ocupada por la ciudad medieval cuyas calles tienen una disposición más laberíntica, al momento en que se construyen las murallas renacentistas, que supone una ampliación del espacio y otra configuración de las calles”, destaca la responsable del Centro de Interpretación Madina Yabisa.
La tercera de las rutas a pie por Dalt Vila mostrará las distintas restauraciones que se han llevado a cabo en los baluartes de la muralla renacentista (domingo 8 y sábado 21 de marzo), sin duda el bien patrimonial más destacado de la ciudad antigua junto con la catedral, el castillo y la almudaina, que albergarán un parador nacional de turismo, el primero que se construirá en Balears. “En los años 90 del siglo pasado se empezaron a recuperar los baluartes de la muralla”, señala Ángeles Martín, dos de los cuales, el de Sant Jaume y el de Sant Pere, están museizados.
Las murallas renacentistas de Eivissa son de las mejor conservadas del Mediterráneo y desde lo alto de sus baluartes puede contemplarse casi media isla. Un hecho que se pondrá en valor en los itinerarios del mes de abril (‘Paisajes desde Dalt Vila: skyline', los días 5 y 18). “El Puig de Vila tiene una altitud de unos 85 metros, suficiente para controlar el centro de la isla y el mar”, asegura Martín. No fue casualidad que los fenicios abandonaran el poblado de sa Caleta a finales del siglo VI a.C. y se trasladaran hasta este punto elevado de la geografía ibicenca junto a una gran bahía resguardada de los vientos, ideal para fondear sus embarcaciones imprescindibles para comerciar. Desde la zona suroeste de Dalt Vila son bien visibles las salinas, sa Talaia de Sant Josep (el punto más elevado de la isla) y es Freus, que separa las islas Pitiüses.
Por último, los escudos que adornan las fachadas de edificios emblemáticos y señoriales de Dalt Vila serán los protagonistas del quinto itinerario patrimonial, que se llevará a cabo los días 3 y 16 de mayo. Se analizarán los situados en los edificios de la Universitat y la Curia en la plaza de la Catedral, los de las familias Balanzat, Arabí o Llobet, así como los de las casas de Can Comasema o Can Botino, para acabar con el situado en la entrada de la muralla en el Portal de ses Taules, el más grande de todos. “Tenemos un gran interés en dar a conocer Dalt Vila y estos itinerarios a pie siempre han funcionado muy bien”, apunta el concejal de Cultura y Patrimonio del Ajuntament d'Eivissa, Pep Tur.
DESPOBLACIÓN. Tanto Dalt Vila como sa Penya y la Marina, los tres barrios históricos de la ciudad de Eivissa, sufren un proceso de despoblación paulatino desde hace varias décadas. Sin embargo, Tur asegura que “en los últimos años hay un interés en subir hasta Dalt Vila y en invierno hay mucha gente paseando por sus calles. Los ibicencos vuelven a ver en Dalt Vila un sitio a donde ir”. En cuanto al peligro de que este casco histórico se convierta en un museo en el que no viva nadie, Tur sostiene que este “es un riesgo al que se enfrentan ciudades de todo el mundo. Acabo de estar en Italia y el centro de Florencia parece un parque temático, mientras que en Eivissa se añade el problema de la orografía, que echa para atrás a mucha gente”. En cualquier caso, Tur apunta al alquiler turístico como una de las principales causas de la despoblación en los núcleos históricos.
ACTUACIONES. El último plan integral de restauración de las murallas de la ciudad de Eivissa está presupuestado en poco más de un millón de euros, de los que 800.000 los ha aportado la Fundació Turística i Cultural de les Illes Balears (Fundatur). “Es un trabajo que no se acaba nunca porque la muralla está formada por hectáreas de piedras en las que brota la vegetación continuamente”, explica el concejal de Cultura y Patrimonio. “Tenemos mucha surte de contar con un equipo de Patrimonio que vive y se desvive por la conservación de las murallas”, presume Tur.
La única parte de la muralla que queda por consolidar es la zona conocida como es Revellí, a la que se dedicarán 300.000 euros “para hacerlo accesible y transitable”. Otra de las actuaciones previstas en Dalt Vila es la adecuación del solar del antiguo hospital, cuya financiación correrá a cargo del Impuesto sobre el Turismo Sostenible (ITS) por valor de 1,8 millones de euros. “La idea es crear un parque arqueológico y unir la Ronda Calvi con la calle Soledat”, destaca el concejal.
El Centro de Interpretación Madina Yabisa y los baluartes museizados de Sant Pere y Sant Jaume recibieron en 2019 la visita de 32.700 personas, de los que el 60% fueron turistas y el 40% restante residentes en la isla.
Madina Yabisa, que organiza estos itinerarios patrimoniales, está situado en la Casa de la Cúria, en la plaza de la Catedral, y en su interior se explica la historia de la ciudad en general y en particular los años de la dominación musulmana.
Los interesados en estos itinerarios patrimoniales por Dalt Vila pueden inscribirse enviando un correo electrónico a madinayabisa@eivissa.es o llamando al teléfono 971 392 390 en horario de mañana.
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