Agustín Torres y Mari Carmen Tallón empezaron muy jóvenes a trabajar en el mundo del turrón en invierno y, en verano, haciendo helados en el pueblo de Jijona (Alicante). Cuando se casaron se trasladaron a Murcia, donde tuvieron a su primera hija, Carmen. “Me puse bastante ‘pachucha' y el practicante que me pinchaba les decía a mis padres que yo tenía que cambiar de aires. Aquí, en Eivissa, tenían unos familiares y mis padres vinieron a verlos. Les encantó la isla y buscaron un local donde poder instalar su negocio”, relata Carmen Torres Tallón, quien actualmente regenta el negocio familiar junto con su hermano David. Fue así cómo nació en el año 1976 la heladería Torres Tallón, ubicada en aquel primer momento en la calle Navarra de ses Figueretes.
“Recuerdo vivir entre las máquinas de helado y allí mismo, en la heladería, teníamos un patio y mi madre nos ponía una cuba con agua y ahí jugábamos mi hermano y yo mientras ellos trabajaban; no podían pagar a nadie para que nos cuidaran y estábamos siempre con ellos mientras trabajaban. A mí me encantaba la heladería; con seis años me ponía el delantal de mi madre y con una bandejita que me regaló un vecino me ponía a ayudarla. Desde bien pequeñita he estado metida en el negocio”, explica Carmen, que regenta actualmente la heladería ubicada en los bajos de los Multicines Ibiza y su hermano David se encarga del establecimiento ubicado en la avenida 8 d'Agost de Ibiza.
Con el paso de los años, la familia Torres Tallón se desplazó a vivir a la avenida 8 d'Agost, donde abrieron la segunda heladería, y más adelante les surgió la oportunidad de comprar el local de los bajos del Multicines Ibiza, por lo que dejaron el local de ses Figueretes, que era de alquiler.
En la heladería de los Multicines fue donde instalaron el obrador artesanal para elaborar el helado para los dos locales. Con la jubilación de su padre, Carmen y su hermano David pasaron a hacerse cargo del negocio familiar.
ARTESANAL.
Una de las principales características de la heladeria Torres Tallón es que su helado es cien por cien artesanal. Y es que Carmen sigue la receta tradicional que le enseñó su padre, al que le sigue pidiendo consejos u opiniones ya que es su “confesor; no viene mucho por las heladerías porque tiene la espalda delicada, pero cualquier decisión que tenga que tomar por pequeña que sea cuento con él; nos ayuda en todo lo que puede”.
El proceso de elaboración de los helados de Torres Tallón es laborioso y empieza por la noche. Al cerrar la atención y venta al público, Carmen pone en marcha la maquinaria para elaborar el helado del día siguiente. “Cojo la leche, la pongo en una máquina pasteurizadora, se calienta, se le echa azúcar; hay veces que lleva huevo y otras no, según la receta, y luego se le pone chocolate para fundirlo o turrón. Tiene que reposar toda la noche. Una vez frío, se pasa a la mantecadora, que es donde se mueven las palas con frío que tiene el tambor y de ahí sale el helado. Es un proceso laborioso”, explica.
Se trata de una receta “propia y artesana” en la que no usa nada de bases preparadas. “La manera fácil de hacer helado es que tiene la base ya hecha, que está equilibrada de forma que el helado podría quedar algún día incluso mejor que el mío porque viene todo medido al milímetro. Estas bases se mezclan con agua o con leche y le pones los sabores, lo pasas a la mantecadora y ya está; es mucho más rápido que lo que yo hago, pero no es nuestra filosofía. Todo es respetable, pero yo sigo con la tradición de mi padre”. El proceso artesanal y los productos naturales han llevado a la heladería Torres Tallón a ser un referente en el sector heladero de la isla de Eivissa.
De hecho, hay negocios del sector que han pedido a Carmen que les sirva el helado: “He rechazado estas opciones; sigo la tradición de mi padre, que siempre decía que el helado de lo hacía para él y que quien lo quiera, que fuera a verle”, precisa. Las máquinas que usa Carmen para crear los helados son “bastante tradicionales”. De hecho, tiene una, la pasteurizadora, que compraron sus padres cuando vendieron el piso de Jijona cuando se casaron: “Esta máquina sigue funcionando; es mi abuelita, como le digo yo, tiene 47 años, los mismos que yo”, precisa.
ESENCIA FAMILIAR.
Uno de los principales secretos para mantener vivo un negocio familiar durante 45 años es, precisamente, eso, la familia. En este sentido, es uno de los rasgos que más define a esta heladería de la mayor de las Pitiüses. “Llevamos desde 1976; somos una empresa familiar, la gente nos conoce ya desde hace muchos años y tenemos un trato muy cercano con el cliente. Tenemos clientela fija que cuando entra por la puerta ya sabes qué suele pedir y le preguntas por cómo le ha ido el día. La esencia de nuestro negocio es que somos una empresa tradicional, con trato familiar”. Así, por esta heladería han pasado varias generaciones de familias de Eivissa. “Es algo súper bonito porque tenemos clientes desde que abrimos el primer día la heladería; vienen los hijos y los hijos ya con hijos y es algo muy bonito de ver. Solo tengo palabras de agradecimiento para mi clientela”, precisa Carmen. Los clientes más fieles son, precisamente, los que buscan “el helado de siempre; tenemos un cliente que la nata no se la puedes cambiar, los ‘turroneros' también son muy fieles y nuestra horchata tiene mucha fama ya que la chufa viene del mismo sitio desde hace 47 años”.
Cada año, Carmen trabaja para sacar sabores nuevos para así adaptarse a la demanda que va surgiendo. “Hasta el año pasado triunfaba el chocolate, pero el año pasado y lo que llevamos de este estamos alucinando con el kinder y el pistacho, que es un sabor que se asociaba más a gente mayor y ahora vienen todos los niños pidiendo pistacho”. “Nos vamos adaptando a la demanda que va surgiendo. De todos modos, yo soy muy tradicional, de conservar los sabores de siempre”, precisa. A consecuencia del coronavirus, Carmen no ha podido ir a ferias a probar nuevos sabores: “Me lo pasaba pipa en las ferias de Madrid o Alicante, pero con esto del coronavirus se están haciendo estos eventos online y te envían para que pruebes”.
CORONAVIRUS.
Sobre la crisis derivada del coronavirus, Carmen relata que después del confinamiento más duro empezaron recibir pedidos por Whatssap y con el reparto a domicilio “y la verdad es que la gente respondió bastante bien”. Actualmente, tienen las dos heladerías abiertas y están marcados por las restricciones: “No puedes tomar decisiones y arriesgarte a nada”, precisa Carmen. Si bien la caída de turistas directamente no les ha afectado porque su clientela son locales, Carmen reconoce que sí que les afecta que no haya turismo “ya que la gente de aquí no tiene dinero y si no tienen dinero, no gastan”.
En las Pitiüses, por desgracia, no hay muchos establecimientos de restauración aptos para celiacos. La heladería Torres Tallón es uno de los pocos negocios que ofrece productos sin gluten. En este sentido, Carmen prepara, bajo demanda previa, bizcochos y tartas de pastelería sin gluten y, además, sin lactosa. Cuenta con el aval y la seguridad de la Asociación Balear de Celiacos, que le ha supervisado el obrador y la preparación para evitar la contaminación cruzada. “Tengo una amiga con un hijo celiaco y aprendí a hacer repostería sin gluten. He de decir, además, que la mayoría de mis helados son sin gluten; está todo descrito en las etiquetas. Cada vez hay más intolerancias alimentarias”, explica Carmen, quien admite que uno de sus principales miedos era saber que lo estaba haciendo bien y así evitar las trazas del gluten ya que este es volátil, por eso buscó el asesoramiento de la Asociación Balear de Celiacos y que le certificaran.
“Me compré un horno para cocer los bizcochos aparte. Por las condiciones de mi obrador no uso gluten y puedo hacer tartas sin gluten. Se pusieron en contacto conmigo desde la Asociación de Celiacos de Balears y tengo certificado por ellos el hecho de cómo se hace todo sin gluten. Una persona celíaca puede comer tranquilamente un helado o una de mis tartas sin gluten”, afirma Carmen, quien recuerda también que en la heladería Torres Tallón de los Multicines de Ibiza organizan fiestas de cumpleaños.