TWL

El primer semestre del año ha sido muy bueno para la mayoría de bolsas europeas. Sin embargo, durante los primeros meses de 2021, e incluso en los últimos de 2020, parecía que iban a tener un comportamiento mucho mejor que los índices norteamericanos.
Efectivamente, desde noviembre hasta mayo lideraban las clasificaciones mundiales los selectivos europeos que se habían quedado más rezagados, véase CAC francés, MIB italiano o, especialmente, el IBEX-35 español.

El mix de datos de las últimas semanas en las que cotizan altas tasas de inflación, comentarios de bancos centrales, incipientes restricciones por avances de la variante delta y el efecto de las vacunas sobre la misma parece que han sentado mal a las bolsas que en los últimos años se han comportado peor y que intentaban remontar desde noviembre del pasado 2020.

Muchas veces al analizar el diferente comportamiento de las bolsas buscamos explicaciones sectoriales. Sin embargo, este año vemos como el mejor índice es el francés con mucho componente de valores cíclicos (bancos, coches, petróleo, construcción o eléctricas). En este sentido, sus mejores valores desde que se iniciara el año son la constructora Saint Gobain y el banco Société Generale.

Contrasta con el peor: el IBEX, también con mucho peso en cíclico, que es el que menos rentabilidad está dando en Europa y en el mundo solo supera a Japón y a los índices de algunos países emergentes.

Demuestra más este comportamiento asectorial de las bolsas que tras el CAC francés y por delante del EuroStoxx (también muy cíclico) se sitúen las bolsas americanas, tanto el S&P, con mucha tecnología, como el Nasdaq.

Ante esta situación, y como no podía ser de otra manera, viendo el resultado, los índices europeos están marcando señales técnicas diferentes.

Este entorno técnico cobra más relevancia que nunca ante una situación económica tan incierta para la economía en general y para las empresas en particular.

En el caso del IBEX, el freno de la tendencia alcista coincidió con el entorno de 9.200. Aunque logró superarlo, incluso con algún cierre semanal muy cercano, en cuanto lo volvió a perder la caída está siendo dura hacia el siguiente soporte.

Si no frena antes, este se sitúa en 8.400-8.430 nivel clave: si rebotara en él el objetivo volvería a estar en 9.200-9.000 (el siguiente sería el 10.000-10.200) pero si también lo perdiera el próximo nivel estaría en 7.800.

Muy diferente es la situación técnica del DAX alemán que cotiza, en el momento de redactar este artículo, en máximos históricos y, por lo tanto, en una subida clara y libre.
No podría en riesgo la tendencia una recogida de beneficios que lo llevara al soporte de 14.800; incluso perdiéndolos sería asumible verlo en 13.800 sin que suponga una modificación muy radical.

Por último, el EuroStoxx (Zona Euro) está en una situación intermedia: aún muy lejos de sus máximos históricos está por encima de un nivel clave: los 3.860 puntos, es decir la cotización preCOVID. En caso de seguir por encima, el objetivo podría ser tan ambicioso que lo llevará a 4.560 (máximos pre-crisis financiera); sin embargo si los pierde los 3.700 o 3.600 parecen soportes sólidos en un entorno como el actual.