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«He empezado a trabajar en una nueva empresa. Aunque no era el puesto que deseaba, no me importa. El ambiente laboral y las condiciones son buenas. Cuando llegué por primera vez, ya me sentí a gusto. El apoyo recibido tanto por el jefe como por los compañeros fue valioso y lo agradecí enseguida».

El apoyo social en el lugar de trabajo es una variable mediadora de la satisfacción laboral, productividad y calidad de servicio. Puede tener dos caras: por un lado, puede ser una fuente de estrés (si no existe o es inadecuado), y por otra puede cumplir con una función positiva de inserción social o afiliación grupal (ser uno más del equipo). Esta última función va a derivar en efectos positivos para manejar la ansiedad inicial, y el posible futuro estrés. Hablar de apoyo social significa «la disponibilidad de ayuda de otras personas, o la expresión de afecto positivo dirigido a provisión de ayuda o asistencia». A todos nos han ayudado, y nos siguen ayudando nuestros compañeros de trabajo. Apoyo social rico que permite la integración, la adaptación y la permanencia satisfactoria al lugar de trabajo. La percepción de la disponibilidad de otros para informar, comprometerse, prestar ayuda y asistencia material proporciona a la persona que lo recibe seguridad y confort. Se puede dar este apoyo de muchas maneras, así puede ser de tipo emocional (estima, afecto, confianza, interés y escucha), apoyo evaluador (afirmación, feedback o retroalimentación hacia la tarea), informativo (dar información, consejo y orientación) e instrumental (trabajo, tiempo y dinero).

Cuando estoy en el trabajo puedo ofrecer apoyo con: la escucha, dando apoyo técnico (compañero experto da información sobre la tarea y su retroalimentación), creando en el profesional necesidades y pensamientos de reto, desafío, creatividad e implicación en el trabajo. Bajo mi punto de vista, el apoyo emocional recobra un valor incalculable, debe ser incondicional y desafiante, de tal forma que le proporcione al compañero un nivel alto de autoeficacia y autoestima. «Yo me acerco a ti, para acompañarte y ayudarte», no para «supervisarte, corregirte y así demostrarte lo experto que soy». Proponemos ofrecer apoyo social sincero y adecuado hacia los otros, sin olvidarnos del agradecimiento por la ayuda recibida. Los climas laborales serán más satisfactorios, productivos y eficientes si la cohesión grupal existe. Reivindiquemos, una vez más, climas colaborativos y participativos en vez de competitivos e individualistas.