El fraude o robo digital es más habitual de lo que puede parecer, por lo menos yo ya conozco varios casos y no solo de particulares, sino de empresas, donde los importes robados pueden superar fácilmente los 50.000 euros. Tendemos a pensar que esto no nos puede pasar a nosotros, pero no es así, porque cada vez los señuelos son más sofisticados y los «cacos» informáticos más audaces.
Una trampa habitual es la del hacker que intercepta una factura real de un cliente a un proveedor de una empresa que ha sido enviada por correo electrónico, cambia el número de cuenta bancaria en la que se debe realizar el ingreso (algo fácil de realizar) y sin darnos cuenta acabamos efectuando la transferencia del importe a una cuenta del pirata informático. Fácil, rápido, sutil y desde mi punto vista, con pocas opciones de poder recuperar el dinero.
Seguridad digital
09/02/24 8:15
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