Antón Costas asegura que España va bien desde el punto de vista económico desde 2021, pero alerta del alto nivel de pobreza infantil que padece el país. Fotos: A. Ambrosio | Aina Ambrosio

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Antón Costas Comesaña (Vigo, 1949) es gallego, vive en Barcelona y trabaja en Madrid. Es catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona, presidió el Círculo de Economía de Barcelona entre 2013 y 2016 y desde el 28 de abril de 2021 es presidente del Consejo Económico y Social de España. Es una voz autorizada y respetada desde todos los ámbitos.

¿Qué es el Consejo Económico y Social? ¿Para qué sirve?
El Consejo Económico y Social de España (CES) es una institución que forma parte de la alta administración consultiva del estado. Las funciones del CES, según la ley del año 1991, son emitir dictamen sobre todos los anteproyectos de ley en materia económica, laboral y social.

¿Son vinculantes?
No. Es un dictamen no vinculante, pero es evidente que tiene una gran influencia. Es una vía para enriquecer la calidad del proceso de creación de las leyes y de mejorar la calidad del debate público. El CES emite también informes, en unos casos a petición del Gobierno y en otras ocasiones a iniciativa propia. La tercera función es que por ley debemos elaborar todos los años y entregar al Gobierno antes de acabar el mes de mayo una memoria socioeconómica y laboral sobre la evolución de España en el último año. El CES, en todo caso, es cierto que es una institución poco conocida.

¿Qué relación tiene el CES España con cada CES autonómico?
No hay ninguna dependencia. El CES de España, por ley, está formado por 60 consejeros y consejeras: veinte son de las organizaciones sindicales más representativas, otros veinte son representantes de las grandes organizaciones empresariales y otros veinte son de las grandes organizaciones agrarias, representantes de la economía social y también de los consumidores. El CES viene a representar la fotografía del sistema productivo español. La composición es diferente en cada uno de los CES autonómicos. Nosotros estamos promoviendo reuniones frecuentes de los diferentes presidentes. En todo caso, vínculo orgánico o jerárquico no hay ninguno.

¿Y España va por el buen camino?
España va muy bien desde el año 2021 desde el punto de vista económico y laboral. Desde entonces, han existido augurios que pronosticaban una recesión, que ni ha llegado ni se la espera. La economía está creciendo a unas tasas sorprendentes elevadas que no se esperaban. Y el empleo crece también con fuerza. Los salarios también han aumentado, aunque es cierto que se han encontrado con una inflación inesperada que ha provocado que el incremento no haya tenido el efecto sobre las familias que era de esperar. Desde este punto de vista, España va bien. Sin embargo, si uno se fija en el bienestar de las familias, habría que decir que muchas familias están pasando frío. Hay un dato que para mí resulta incomprensible, aterrador e indecente. Como es posible que nuestro país sea el país de toda la Unión Europea con el mayor nivel de pobreza infantil, casi el 30%. Desde este punto de vista, es evidente que no va bien.

¿Viene de nuevo la temida austeridad?
La Comisión Europea pretende volver a una cierta castidad fiscal, pero no para el 2024, sino en un horizonte de medio plazo, de cinco a siete años. El ajuste lo medimos con un cociente, el porcentaje de la deuda sobre el PIB y la idea de ajuste o austeridad no tiene que llevarnos al error que cometimos en el pasado. Fue de juzgado de guardia. La austeridad impuesta por lo que se denominó la troika fue una barbaridad. Si lo hace un médico en un hospital, lo llevamos a juicio por mala praxis profesional… No olvidemos que los nuevos fascismos comenzaron a emerger en 2008, coincidiendo con la austeridad, que fue una mala praxis económica.

El Salario Mínimo Interprofesional se ha incrementado de forma sustancial en los últimos años. ¿Debe continuar subiendo?
Depende. Hace cuatro o cinco años decía que sí porque veníamos de muchos años de estancamiento de los salarios reales. El incremento aumenta la capacidad de compra. Y el capitalismo es un sistema que funciona cuando las clases medias y trabajadoras tienen capacidad de compra. El aumento de salario mínimo tiene un efecto beneficioso espectacular en la mejora de las condiciones de vida de los niños de estas familias. Esta hubiera sido mi respuesta hace cinco años. Hay que considerar también que el incremento de casi un 40% del salario mínimo no ha tenido ningún efecto en términos de pérdida de empleo y, en cambio, ha mejorado sustancialmente la vida de las familias, el consumo…

Pese a la inflación…
No es posible luchar contra la inflación solo subiendo los salarios. Desde el CES hemos propuesto que el transporte público sea prácticamente gratis. Hay otro tipo de servicios como las guarderías, que deberían ser gratuitas de cero a tres años. Además, los productos de higiene femenina deberían también ser gratuitos. Cuando hay fenómenos inflacionarios no puedes responder solo por la vía de los incrementos salariales. Dicho esto, España es uno de los países que mejor se enfrentó al aumento de los precios de la energía.

Los afiliados a la Seguridad Social no dejan de aumentar, Balears pulveriza un récord tras otro, el número de parados baja de forma considerable, pero hay segmentos importantes de la población que sufren para llegar a final de mes.
Los datos son claros. Hay una pérdida de renta per cápita en las islas, tanto en Canarias como en Balears. Hay que enfrentarse a ello.

¿Cómo se hace?
No es fácil. No hay una solución de hoy para mañana. En primer lugar, hay que considerar que la renta per cápita en las zonas turísticas está muy afectada por el coste de la vivienda, que está impactando de una forma muy importante. La vivienda se está constituyendo en un elemento de deterioro de la calidad de vida y de la capacidad de compra de las familias. Además, hemos de ser conscientes de que cuando hablamos de empresas deberíamos estar hablando de proyectos empresariales de largo plazo. La implicación en la formación de los trabajadores es de capital importancia. Si concebimos la actividad económica, especialmente la turística, como un negocio de temporada, nos lleva a no hacer políticas de vivienda ni de formación.

Lo fácil es pensar que sobra gente. ¿Qué impacto tiene la inmigración sobre los autóctonos?
Si los autóctonos de un lugar perciben que una determinada actividad está poniendo en peligro los límites de sostenibilidad…
La masificación se ha convertido en un gran problema. Yo soy ingeniero, antes que economista y en su día tuve que estudiar la resistencia de los materiales. Sabemos que una estructura tiene un límite de carga. Las sociedades también tienen fatiga. Si creen que están llegando a esos límites de fatiga deberán abordarlo.

¿Cómo se hace?
Hablando, hablando y hablando. Una sociedad liberal y pluralista no tiene otro camino para afrontar los problemas. Hay que hablar, negociar y acordar. Hay que elegir la combinación entre crecimiento y límite. Elegir es muy doloroso, pero hay que hacerlo. El CES de Balears puede ser un espacio para el diálogo. Hay que encontrar un equilibrio entre la industria turística y la sostenibilidad social.

En todo caso, la solución pasa por el turismo.
Hay que continuar apostando por el turismo porque es una gran industria. Para mi, que en algún momento dije que era la industria de la felicidad, es muy resiliente. Yo soy de Vigo. La primera piedra de la fábrica de Citroën se puso en 1954 y desde entonces todos los ciudadanos de Vigo tememos que cierre. Lo que nunca cerrará es el turismo. Todos queremos viajar cuando tenemos un cierto nivel de ingresos.

Invertir en educación es siempre una solución.
La educación es siempre la mejor de las inversiones. La distinción entre formación y educación es difícil, pero debe tenerse en consideración. Los países que antes consiguieron la alfabetización son los países que hoy vemos más desarrollados. Estados Unidos es un claro ejemplo. De ahí viene la riqueza. No toda la educación tiene un impacto inmediato sobre un país. La combinación entre educación general en humanidades y la formación profesional laboral es la que ofrece un mejor resultado. La digitalización es la alfabetización de hoy.

Tradicionalmente, la FP ha estado mal vista.
Esta percepción está cambiando. La FP fue una educación de éxito en España hasta que se promulgó la Ley General de Educación de 1970. La formación profesional tenía prestigio en España en los años 60, pero con la Ley Generación de Educación se prestigiaron los estudios universitarios. En aquellos momentos, y durante años, la Formación Profesional cayó en desgracio. Hoy, las circunstancias han variado y la FP tiene un prestigio creciente.

En un futuro inmediato toda la FP será dual.
La nueva ley de formación profesional dice que toda la educación debe ser dual. Las empresas deben implicarse para conseguir que la FP sea dual.