Julia Simpson planteó alternativas a la saturación. | M. À. Cañellas -

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«Turistas felices necesitan residentes felices». Julia Simpson, presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) recordó el peso del sector a nivel mundial y también, el compromiso de sus actores: «Podemos cambiar el relato sobre el turismo para que la gente pueda ver su valor y lo duro que trabajamos para proteger nuestros destinos». Abogó por trabajar para gestionar mejor el turismo y hacerlo de la mano de las comunidades locales, desde políticos a comerciantes y ciudadanos: «No solo podrán ayudar sino que querrán hacerlo».

Simpson hizo un repaso del peso económico del sector: «A nivel mundial, los viajes y el turismo tendrán un valor de más de once billones de dólares a finales de este año». Eso implica que 348 millones de seres humanos estarán empleados en el sector, más que la población de Estados Unidos, y la previsión es que en los próximos diez años el sector crezca un 3, 7 por ciento. La previsión es igual de positiva para España: «2024 será un año récord para el sector de viajes y turismo en España». Cifró en 225.000 millones de euros su aportación al Producto Interior Bruto; un crecimiento del doce por ciento en comparación a los máximos previos a la pandemia, en 2019.

Empleo

También apuntó a un crecimiento del empleo que rondará los tres millones de trabajadores. «Esto es muy importante. La creación de empleo es la manera en la que financiamos los servicios públicos, cómo construimos cosas, cómo ayudamos a las personas a salir de la pobreza y cómo podemos invertir en el futuro», señaló. El ritmo de crecimiento de la actividad turística en España será el doble de la economía general en la próxima década, con incrementos del 2,4 por ciento cuando el PIB crecería un 1,4. Esa subida tendrá su traslación al empleo:Simpson augura un millón de trabajadores más, hasta los cuatro en 2034.

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Sin embargo, ese crecimiento plantea una serie de desafíos, según la responsable de la organización turística internacional. Uno de ellos tiene que ver con el trasporte aéreo, en el que el aumento de la demanda de vuelos no se corresponde con el incremento de la fabricación de aviones. Pone el foco en otra situación: «En Europa estamos atrapados en la regulación. Hay tantos impuestos y cargos diferentes, como impuestos a los billetes; impuestos de solidaridad, tasas aeroportuarias y coste de seguridad que pueden resultar onerosos para las aerolíneas».

Sostenibilidad

Simpson también habló de sostenibilidad. El turismo produjo en 2019 el 8,1 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. La apuesta es la descarbonización: por un lado, en el transporte terrestre con la electrificación; y, en el aéreo, la presidenta de la WTTC aboga por los combustibles sostenibles cuya producción debería multiplicarse por mil hasta 2050.

Reclama de la Unión Europea que lo facilite y otras medidas: «Hablamos del cielo único europeo desde hace más de veinte años. De esta manera, los aviones podrían volar en línea recta sobre Europa y ahorrar un quince por ciento de emisiones. Pero la UE ha cedido ante la influencia de los controladores aéreos», lamentó. El Consejo Mundial defiende que el turismo «nunca debería suponer un coste para el medio ambiente o para la población local» y Simpson abordó directamente la saturación. «La masificación es un desafío que debemos afrontar. Muchos países dependen de los viajes y el turismo para su economía y regiones como Mallorca no son la excepción». Así, marcó el camino: «Nos corresponde a nosotros, como sector, alzar la voz cuando nuestros destinos están saturados, cuando la gestión del destino necesita una revisión o cuando nuestro sector daña a las personas y lugares de los que dependemos».

Plantea alternativas como promover viajes fuera de la temporada alta, ofrecer mejores tarifas en invierno o ayudar a los viajeros a «descubrir joyas ocultas». «Sigamos trabajando por un futuro más inclusivo y sostenible. Protejamos el paraíso, donde sea que lo encontremos», concluyó Simpson.

El apunte

El «poder blando» del sector turístico: «Unir a personas»

Simpson explicó durante su intervención que el «poder blando» en realidad es su «capacidad para unir a personas de diferentes culturas y fomentar el entendimiento». «Siempre digo que el valor del turismo no está en los empleos o el valor para la economía. Es lo que hacemos: mostrar solidaridad y dar esperanza en los tiempos más oscuros». Puso como ejemplo la labor que lleva a cabo la WTTC en Ucrania. «Puede parecer raro que un país devastado por la guerra hable de turismo, pero no lo es. Se están reconstruyendo para el futuro». Así, destacó que la entidad que dirige lo que hace también es «mostrar solidaridad y dar esperanza en los tiempos más oscuros».