Daniel García es el ganador de los Premios 3digits que se le reconoció su excelencia en los estudios. | A.Costa/UIB

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L’Escola Politècnica Superior (EPS) de la Universitat de les Illes Balears (UIB) desarrolla el programa MEET, con el apoyo de la Fundació Universitat-Empresa de les Illes Balears (FUEIB). Este programa incluye diversas actividades destinadas a incentivar y fomentar los estudios de ingeniería y matemáticas. Además, busca ser un punto de encuentro entre el ámbito empresarial, universitario y la enseñanza primaria y secundaria.

Una de las actividades es el Scratch Day, en la que Daniel García participó, y que le ayudó a decidir a estudiar el grado de Ingeniería Informática en la EPS de la UIB. Aunque desde pequeño tuvo esta afición, «desde siempre he tenido vocación por la ingeniería informática. Me ha gustado utilizar ordenadores y crear mis propios programas. Además, siempre he sentido una predisposición hacia lo electrónico y las matemáticas», explica García.

En el Scratch Day se desarrollan actividades en los centros educativos de secundaria para acercar las disciplinas de las Matemáticas, las Ingenieras, la Edificación y la Tecnología a los estudiantes. García ha participado en diversas ocasiones, «en los primeros años consistía en una prueba grupal, generalmente un videojuego que se preparaba con meses de antelación, y una competición individual el mismo día. Cada año la temática era diferente. Recuerdo la primera vez que participé, lo hice junto con mi hermana y un primo, y creamos un videojuego que simulaba las Olimpiadas, ya que fue en 2016 y coincidió con los Juegos Olímpicos», narra García.

Además, García ganó el primer premio de 3digits durante su primer año de carrera. Los galardones que convoca la FUEIB con la empresa digital 3digits y la EPS busca impulsar la carrera profesional y la excelencia académica de los alumnos. Daniel cuenta que «ganar este premio reafirmó mi proyecto personal y académico, y me motivó a seguir adelante. Durante la ceremonia de entrega de los galardones hubo bastantes nervios, puesto que éramos tres y solo había dos premios, por suerte fui el ganador». Por otro lado, «con el importe del premio pagaré los gastos de mi erasmus en Västerås, Suecia.

Ahora, García se encuentra en la otra cara de la moneda, colaborando en el programa, «ahora soy alumno colaborador y he podido vivir el otro lado del aula. Aunque solo haya sido durante unas horas, es muy gratificante poder resolver las dudas de los niños, las mismas que yo tenía a su edad. Es una experiencia muy enriquecedora tanto como participante como alumno colaborador. Es como cerrar un círculo, haber participado en el programa me impulsó a estudiar la carrera, ahora yo puedo dar este impulso a las nuevas generaciones», concluye.