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Parece una contradicción pero el sector del lujo, perteneciente a una industria ligada al ciclo económico tiene un componente anticíclico y defensivo: los coches, la ropa y las joyas de algunas empresas solo están al alcance de pocas personas, las cuales no dejarán de comprar si la economía va mal porque realmente o no les afecta, o les afecta muy poco o, incluso, les beneficia (por oportunidades de inversión en negocios, inmobiliaria o en bolsa debido a que «los normales» venden por miedo o por necesidad).

Parece que el entorno actual debería ser propicio: ya ha empezado la época de bajada de tipos de interés en las principales zonas económicas, con la excepción de Japón (esta misma semana, la Reserva Federal Americana lo ha ejecutado por primera vez desde 2020), y los riesgos de recesión han aumentado (el mercado asume una ralentización económica). Sin embargo, el lujo no está nada boyante.

Aunque en un rato vamos a delimitar esta última afirmación, la explicación genérica a estos movimientos negativos viene, principalmente, por la debilidad de las ventas que están realizando en China, uno de los potentes motores de algunas de estas compañías.

Pero no todo el lujo están cayendo (tal como se ve en el gráfico): dentro de esta definición se engloban varios tipos de compañías, incluso las hay que sin ser categorizadas como tal, sí tienen productos exclusivos.

El «subsector» que más está sufriendo es el de moda, principalmente compuesto por empresas francesas: y la que más penalidades está viviendo es Kering (Gucci, Balenciaga…), pero Louis Vuitton (LMMH) también está en números muy rojos en los últimos meses; algo mejor está Hermes debido al poco peso de ventas en China. Fuera de Francia podemos encontrar a Capri (Versace, Jimmy Choo) o Burberry, con también bajadas en bolsa en los últimos meses, especialmente la británica.

Dentro del subsector de la joyería y relojería (algunas de las anteriores también lo trabajan, por ejemplo LVMH adquirió Tiffany el año pasado) tenemos a dos grandes dentro de la bolsa suiza: Swatch Group (Omega, Breguet…) y Richemont (Cartier, Piaget…), mientras que en Reino Unido cotiza The Watches of Switzerland Group, que sin ser fabricante, es distribuidor de Rolex (es propiedad de la Hans Wilsdorf Foundation y no cotiza en bolsa).

Otro apartado representativo del lujo es el de la automoción, y dentro de ella podemos comprar cuatro empresas: Ferrari, Porsche, Aston Martin y Tesla (Rolles-Royce cotiza en bolsa pero su negocio principal es aeroespacial). También hay sustanciales diferencias entre ellas: mientras Ferrari está casi en máximos históricos, Porsche y Aston Martin lo hacen casi en mínimos, mientras la tecnológica dirigida por Ellon Musk está en un movimiento incierto tras subir un 1.500% desde 2015.

Una forma de invertir en el sector de forma diversificada sin tener que analizar varias empresas dentro de varios subsectores y con ventajas fiscales es vía fondos de inversión: algunos ejemplos los tenemos con BlackRock World Luxury Fund, Amundi Global Luxury and Lifestyle, JPMorgan Global Luxury Fund o el Pictet Premium Brands.