Marga Prohens y Antoni Costa, este lunes en el Parlament. | Pilar Pellicer

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Marga Prohens se sentará a partir de esta semana a negociar con Vox para tratar de conseguir una abstención del partido de Jorge Campos que le permita ser elegida presidenta del Govern el día 30 de este mismo mes. La candidata ya ha abierto la primera ronda de contactos con los partidos y el primer día ha quedado claro que su única opción de pactos es con Vox: el PSIB le dio un ‘no' rotundo y Més también, a pesar de que algunas voces en el partido habían planteado una abstención. Por tanto, solo podrá ser presidenta si Vox vota a favor el día 28 o si abstiene 48 horas después, es decir, el día 30.

Ese es el escenario que manejan en el PP. «No hay otra opción que un Govern en solitario», dijo ayer Prohens al término de las reuniones con los representantes de los partidos. «Queremos un Govern en solitario del PP, pero también buscaremos estabilidad, no solo para la investidura, sino para toda la legislatura», añadió.

No será global

Ese acuerdo comenzará a negociarse con Vox a partir de los próximos días, pero no será una negociación global que aglutine todas las instituciones que están en juego. Prohens ha dado vía libre a los líderes municipales y de los consells para que negocien acuerdos con el resto de formaciones. Con esta decisión, se pretende evitar que las conversaciones se conviertan en un mercadeo de puestos institucionales en los que se negocie la abstención en el Govern a cambio de un gobierno conjunto en Cort, por ejemplo.

La candidata aprovechó para lamentar que el PSIB llegara a la reunión «en modo precampaña». «Ya se ha puesto el traje de la oposición a todo y, sobre todo, de campaña nacional y no de lo que está pasando en Balears», dijo. Pidió al PSIB que se centre en los problemas que afectan a los ciudadanos.

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Lo que dice Vox

El otro actor político del acuerdo, Vox, salió de la reunión con un nivel de exigencia inferior al planteado durante la campaña electoral. Ni Patricia de las Heras ni Jorge Campos exigieron en público que Vox entre en el Govern como condición previa a la negociación. Sin embargo, sí lanzaron un mensaje claro y directo: «Tenemos la mano tendida, pero nuestros votos no se regalan; vamos a hacer valer nuestros votos», dijo Patricia de las Heras.

En principio, tanto Prohens como Jorge Campos coincidieron en que las negociaciones deben centrarse en las políticas que se aplicarán en esta nueva etapa y no en los cargos que tendrá cada formación. «Tenemos muchos puntos en común con el PP, pero también es verdad que cualquiera que mire el programa electoral se dará cuenta de que hay cosas completamente diferentes que deben aclararse», señaló Jorge Campos.

PSIB y Més dejaron claro que no tienen nada que negociar con Prohens. «Lo que valen son las políticas y los hechos, y los hechos son que la derecha extrema ya está hablando con la extrema derecha para que entre en las instituciones de la mano de un PP que cada vez está más cercano a una derecha antidemocrática», dijo el representante del PSIB Iago Negueruela. Se mostró convencido de que, después de las elecciones generales, «veremos consejeros de Vox» en el Govern balear.

Por parte de Més, Lluís Apesteguia reconoció que su partido había sopesado una abstención, pero votarán en contra tras no conseguir arrancar un compromiso de Prohens para aislar a Vox.    «Hay cuestiones básicas con las que no coincidimos y de las que estamos muy alejados ideológicamente», dijo. Por esta razón, votarán en contra. «Es el voto natural de Més», resumió Apesteguia.