Bruselas no quiso pasar por alto el nacimiento del euro.

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La consecuencia más visible del nacimiento efectivo del euro fue la actividad febril registrada en las sedes de los bancos europeos y en los mercados financieros de toda Europa, donde los trabajadores se pasaron la Nochevieja trabajando a destajo. El caso más elocuente fue en la City londinense, principal centro financiero del Viejo Continente, donde se efectuaban los últimos preparativos de cara a la llegada de la nueva moneda el próximo lunes.

En total, unos 30.000 operadores, analistas y técnicos en informática sacrificaron el Fin de Año para poner al día sus cuentas y programas durante el fin de semana, a pesar de que Reino Unido, oficialmente, está ausente de este evento europeo.

Varias empresas incluso alquilaron minibuses privados para transportar a sus empleados, alojados en hoteles reservados desde hace varios meses. El menú se servirá en prácticas bandejas y no incluye champán, aunque se compensa con las primas de 600 libras diarias, unos 848 euros (cerca de 140.000 pesetas).

Aunque Londres se excluyó voluntariamente de la «zona euro», la City sufrirá de todas formas las consecuencias del euro, ya que medio millar de bancos extranjeros tienen sede en Londres. Además, en la capital británica se producen un tercio de los intercambios mundiales de divisas, seis veces más que en Fráncfort (Alemania).

Por otra parte, el euro fue utilizado por primera vez ante los focos de televisión en un restaurante parisino apenas cinco minutos después de la llegada del nuevo año. La protagonista del evento fue Marie, una estudiante de Derecho que pagó su cena de Nochevieja con tarjeta de crédito, en la que cargó su cuenta de 298'80 euros, unas 50.000 pesetas. Hasta el momento no se ha mencionado la existencia de ningún cliente más «precoz».