Cinco meses antes de las elecciones para el Parlamento Europeo,
Francia pasó a tener dos partidos de extrema derecha, al dividirse
ayer, el Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, a quien su
adversario ultraderechista, Bruno Megret, declaró la guerra.
Megret fue elegido presidente de un partido denominado Frente
Nacional-Movimiento Nacional (FN-MN), en el congreso de disidentes
iniciado el sábado en Marignane, en el sur de Francia. «Queremos
llegar al poder», dijo Megret en el discurso de cierre del
congreso.
Le Pen, por su parte, tildó de «apoteosis lamentable» el
congreso de Marignane. «Megret y sus comparsas se llevan a los
ingratos, los amargados y los bobos de toda calaña», añadió. «Nos
reprochan que queramos el poder y la potencia, la gente que emplea
estas palabras suele ser impotente», declaró.
El congreso fue convocado contra la voluntad de Le Pen,
presidente y líder histórico del FN, quien también trató a Megret
de «psicópata» y «psicótico» y le sugirió que «aproveche el
congreso para proclamarse ya mismo presidente de la República».
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