Serbia aceptó ayer acudir a la Conferencia de Rambouillet para
Kosovo, en la que descartó negociar cualquier acuerdo que deje un
resquicio para la independencia de esa provincia o su supervisión
mediante el despliegue de una fuerza militar internacional. El
Parlamento serbio, convocado en sesión especial, aprobó por una
mayoría de 227 votos la resolución propuesta por el Gobierno a
favor de acudir a las negociaciones convocadas para el próximo
sábado en la localidad francesa de Rambouillet, a unos 50
kilómetros de París.
Hubo sólo tres votos en contra, tres abstenciones y tres
sufragios en blanco, pese a las muchas críticas oídas durante todo
el día en la cámara contra las demandas y las amenazas de la
comunidad internacional y por su «apoyo al separatismo» de los
albaneses, que son mayoría en Kosovo. El Parlamento encomendó al
gabinete que designe a los miembros de la delegación que acudirá a
negociar en Francia.
El primer ministro serbio, Mirko Marjanovic, informó después de
que la composición del grupo negociador se anunciará hoy. El equipo
albanés, encabezado por el moderado Ibrahim Rugova y con
representantes también de la guerrilla del Ejército de Liberación
de Kosovo (UCK), viajará hoy a Francia.
Mientras, cuatro civiles albaneses murieron en la noche del
miércoles en circunstancias aún no aclaradas en la zona de Decani,
en el oeste de Kosovo, informó el independentista centro
informativo albano-kosovar (KIC). Fuentes de la Liga Democrática de
Kosovo (LDK), el principal partido albano-kosovar, aseguraron que
los cuatro albaneses fueron víctimas de un ataque con armas
automáticas contra el coche en el que se desplazaban.
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