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Los tres ex ministros socialistas franceses acusados de «homicidio involuntario» por el escándalo de las transfusiones sanguíneas que contagiaron el virus del sida a miles de receptores en la década de los 80 defendieron ayer su inocencia en la primera audiencia del juicio, mientras las víctimas clamaron justicia.

El actual presidente de la Asamblea Nacional (Cámara de Diputados) y ex primer ministro socialista (1984-1986), Laurent Fabius; el ex secretario de Estado de Sanidad (1981-84) Edmond Hervé, y la ex titular de Asuntos Sociales (1984-86) Georgina Dufoix expresaron palabras de compasión por las víctimas y su esperanza de que este juicio esclarezca la verdad.

«En estos momentos pienso sobre todo en todos aquellos que han sufrido tanto. Creían ser tratados y fueron contaminados. Desde hace años no ha pasado un día sin que haya pensado en ellos y en su dolor», dijo Laurent Fabius, el que fuera uno de los jefes de Gobierno durante la presidencia del socialista François Mitterrand.

Fabius dijo esperar que «este juicio, que se ha convertido en necesario, permitirá establecer que actuamos en conciencia, partiendo de lo que sabíamos entonces, tal y como debíamos», y permitirá sacar a la luz las «verdaderas causas de este drama». A Laurent Fabius se le acusa de haber aplazado voluntariamente la legalización de la prueba estadounidense de detección del virus del sida, a la espera de la salida al mercado del francés.