Rusia se enfangó ayer, jueves, hasta el cuello en un escandaloso
drama con ramificaciones de corrupción política, económica y sexual
con el presidente del país, Boris Yeltsin, y otros altos cargos
como actores principales.
El fiscal general de Rusia, Yuri Skuratov, el abanderado de la
lucha contra la corrupción, presionado por la Presidencia para que
dimita y defendido por el Senado, amenazó con destapar negocios
sucios del Kremlin, incluida la familia Yeltsin. Skuratov, quien
ayer en sus filípicas ante el Senado se cuidó de no implicar al
entorno directo del presidente, citó a la empresa suiza Mabetex,
principal contraparte en negocios del Kremlin y de la familia
Yeltsin y que está siendo investigada.
El cambio de actitud del fiscal se debió a la emisión anoche en
la televisión estatal de un vídeo de contenido sexual, con el que
Skuratov había denunciado estar siendo chantajeado para forzarle a
parar las investigaciones de corrupción y dimitir.
La grabación, donde un hombre muy parecido a Skuratov está
desnudo y en la cama con dos presuntas prostitutas, se emitió
después de que el Senado ruso ratificara al fiscal general en su
cargo, en abierto desafío al Kremlin, que exigía su dimisión.
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