La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, y el
ministro ruso de Asuntos Exteriores, Igor Ivanov, coincidieron ayer
en que han logrado progresos para resolver la crisis de Kosovo,
pero reconocieron que mantienen diferencias sobre el envío de una
fuerza internacional a esa provincia serbia.
En una rueda de prensa conjunta al termino de la reunión de
cuatro horas que mantuvieron en Oslo, Albright afirmó que las
conversaciones fueron «muy útiles» porque consiguieron «reducir
diferencias» y acordaron continuar dialogando hasta conseguir
acercar posiciones para solucionar «este terrible problema».
Pero tanto Albright como Ivanov, que se reunieron por primera
vez desde el inicio de los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia,
indicaron que mantienen discrepancias sobre una eventual presencia
militar internacional en Kosovo.
Ivanov precisó: «Las mayores dificultades las hemos encontrado a
la hora de determinar la posibilidad de enviar una fuerza
internacional a Kosovo, aspecto en el que estamos de acuerdo, pero
no en lo que se refiere a la naturaleza y carácter de esa
fuerza».
El ministro ruso agregó que cualquier presencia internacional en
Kosovo «tiene que tener el apoyo de Yugoslavia», al tiempo que
reclamó un papel más activo de la ONU en la búsqueda de una
solución negociada al conflicto. «Nadie debería ser excluido de la
búsqueda de un acuerdo».
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