El Gobierno de Yugoslavia solicitó ayer una reunión urgente del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para denunciar el
ataque aéreo de la OTAN en Kosovo contra refugiados.
La petición fue cursada por el encargado de negocios de
Belgrado, Vladislav Jouanovic, en una carta enviada a la
presidencia del Consejo de Seguridad, que este mes ejerce el
embajador francés, Alain Dijammet.
Para que el Consejo de Seguridad se pueda reunir hace falta que
alguno de los 15 miembros que lo forman respalde la petición, algo
que por el momento ninguno ha hecho públicamente.
El embajador de Rusia ante la ONU, Sergey Lavrov, ha solicitado
un informe de Kofi Annan sobre el incidente antes de tomar una
postura. «Espero que el informe pueda ser entregado a las
delegaciones hoy mismo», agregó ayer Lavrov.
El embajador ruso calificó de «cínicas» las explicaciones
oficiales de la Alianza Atlántica en el sentido de que el piloto
del «F-16» pensó que estaba atacando vehículos militares.
Sin embargo, las bombas cayeron sobre un convoy de refugiados
albano-kosovares causando la muerte, según fuentes serbias, de 70
personas.
En su misiva, el encargado de negocios de Belgrado afirma que la
reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad debe tener como
objetivo tratar este incidente, que calificó de «acto
criminal».
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