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PILAR VALERO - BRUSELAS Desde el bombardeo de su embajada en Belgrado en la noche del viernes "tres muertos y unos 20 heridos" el Gobierno chino está enfurecido. Pekín ha anunciado que suspenderá sus contactos militares con Washington, así como el diálogo en materia de derechos humanos entablado con Estados Unidos. El presidente chino, Jiang Zemin, intervino personalmente para declarar que el bombardeo es «un acto particularmente bárbaro» y «una violación grosera de la soberanía china, rara en la historia de la diplomacia».

China exigió «disculpas oficiales» de Estados Unidos y «sanciones severas» para los responsables del bombardeo a su embajada en Belgrado.
El portavoz de la OTAN, Jamie Shea, insistió en la «intensa actividad diplomática» prevista para esta semana, con la visita a China del canciller alemán, Gerhard Schroeder, y los numerosos viajes de dirigentes occidentales a Moscú, especialmente el presidente francés, Jacques Chirac, y el subsecretario de Estado norteamericano, Strobe Talbott.

Schroeder pidió al secretario general de la OTAN, Javier Solana, que le visite esta noche en Bonn para estudiar con él el bombardeo de la embajada. El canciller alemán viajará a China hoy, en una visita oficial como presidente de la UE que, tras el bombardeo de la embajada, se ha reducido a una simple visita de trabajo por parte de las autoridades chinas. Schroeder discutirá con las autoridades chinas la aplicación de un plan de paz para Kosovo.

Por su parte, el emisario ruso para Yugoslavia, Viktor Chernomirdin, llegó ayer por la tarde a Pekín. Chernomirdin se había encontrado previamente en Bonn con Schroeder, con el representante de la ONU para los Balcanes, Carl Bildt, y con el jefe moderado de los albaneses de Kosovo, Ibrahim Rugova.

Por otra parte, la cancelación de la segunda cumbre UE-China que debía celebrarse el jueves en Pekín, supone una medida de represalia en contra de la Unión Europea, que ha tomado una posición muy beligerante en la crisis de Kosovo. La cumbre fue anulada «sine die» por Pekín ayer confirmaron fuentes comunitarias. También se vieron canceladas algunas visitas de delegaciones de países de la OTAN a Pekín.

Mientras, Estados Unidos espera que China admita sus disculpas por el bombardeo, por error, de la OTAN a la embajada de Pekín en Belgrado para evitar un mayor deterioro en sus relaciones, que desde hace unos meses pasan por momentos especialmente difíciles. «Definitivamente, éste es un periodo turbulento», reconoció ayer la secretaria de Estado, Madeleine Albright, al referirse al ataque del viernes.