Rusia afirmó ayer que no se aprobará en el Consejo de Seguridad de
la ONU ninguna nueva resolución sobre el conflicto de Kosovo hasta
que la Alianza Atlántica detenga sus ataques sobre Yugoslavia.
«Hasta que se detengan los bombardeos, es imposible un acuerdo
político», declaró en rueda de prensa Sergei Lavrov, embajador ante
la ONU de Rusia, país miembro permanente del Consejo de Seguridad y
con derecho a bloquear cualquier decisión de este órgano.
«Eso no significa que las negociaciones puedan continuar "agregó
Lavrov" pero no veo como puede aprobarse una resolución si no se
detienen los ataques».
Esta misma semana, el Gobierno de China "otro miembro permanente
del Consejo con derecho a veto" mencionó la misma condición,
después de que aviones de la OTAN atacaran por error el viernes
pasado su representación diplomática en Belgrado. La OTAN, por su
parte, está decidida a seguir la presión militar sobre Yugoslavia,
en paralelo a los esfuerzos diplomáticos para resolver el
conflicto, que está «aproximándose a su final», según su secretario
general, Javier Solana. «Habrá que mantener toda la tenacidad
posible» para hacer que el presidente yugoslavo, Slobodan
Milosevic, acepte las condiciones internacionales, dijo Solana a un
grupo de periodistas españoles, a quienes precisó que «va a ser
duro, tendremos que ser más perseverantes que nunca».
Aunque señaló que el conflicto ya ha pasado su ecuador, Solana
subrayó que únicamente concluirá cuando puedan regresar a sus
hogares en Kosovo los cientos de miles de refugiados deportados
hasta el momento por el régimen de Belgrado
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