La elección ayer de Johannes Rau como presidente de la República
Federal de Alemania (RFA), devuelve la jefatura política y
representativa del país al Partido Socialdemócrata (SPD), un factor
desconocido desde tiempos del canciller Willy Brandt.
El candidato socialdemócrata logró el voto mayoritario de la
Asamblea Federal, reunida en el renovado Reichstag berlinés, lo que
convierte a Rau en octavo presidente de la nación, siete meses
después de que su correligionario Gerhard Schroeder se convirtiese
en canciller alemán.
Se trata de la segunda vez en los cincuenta años de historia de
la RFA en que los cargos de primer ministro y de jefe del Estado
recaen en dos socialdemócratas. La elección de Rau para el máximo
cargo representativo del país supone, además, un resarcimiento
personal para este «patriarca» entre la familia
socialdemócrata.
El nuevo presidente de Alemania fue primer ministro del estado
de Renania Westfalia durante 20 años y desde esta posición
«regional» se ganó el aprecio general y se situó entre los
políticos más prestigiosos y queridos del país. Sin embargo, hasta
ahora había fracasado en sus tentativas por saltar al ámbito
federal, como ocurrió en 1987 al ser derrotado por Helmut Kohl en
la carrera por la cancillería, o hace cinco años, cuando perdió en
su primer intento por conquistar la presidencia ante el conservador
Roman Herzog.
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