Agotados, con los nervios destrozados, los hombres que fueron
liberados el sábado y el domingo de la prisión de Kosovska
Mitrovica (norte de Kosovo) ofrecieron testimonios dramáticos de
las condiciones de su detención y de las torturas físicas y morales
a que fueron sometidos, incluidas violaciones masivas de mujeres.
Algunos denunciaron la existencia de campos de concentración.
Cerca de mil hombres de todas las edades cruzaron durante el fin
de semana la frontera con Albania. Fueron liberados sin ninguna
explicación de Smrekovnica tras varias semanas de detención. A su
llegada a Albania, sucios, macilentos, demacrados, estos hombres
hacían una única pregunta: ¿Qué ha pasado con nuestras familias? La
gran mayoría fueron detenidos y no saben nada de sus mujeres e
hijos.
«Partimos a mediados de abril de Mitrovica, éramos más de
10.000», relata Shykri, un joven de 20 años. «Cuando llegamos a
Srbica, unos policías nos detuvieron; eligieron a los hombres 'tú,
tú y tú' y pasamos quince días en una escuela vacía antes de ser
trasladados a la prisión de Mitrovica», agrega. «Me golpearon con
la culata de los fusiles, me interrogaron para saber si conocía a
gentes del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), yo no lograba
hablar serbio y me golperaron con palos sobre las manos y los
genitales», explica.
Todos relatan historias similares. Apaleados porque no daban
nombres o acusados de terrorismo o, como Elbasan, de 20 años,
porque llevaba una chaqueta con la inscripción «USA». Rahim, de 59
años: «En la prisión, los guardianes nos daban tres minutos para
comer, nos golpeaban los riñones y la nuca», añade, levantándose la
camisa para mostrar los hematomas.
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