El enviado especial del Kremlin para los Balcanes, Víctor
Chernomirdin, consideró ayer llegado el momento de tomar una
«decisión firme» sobre la crisis de Kosovo y advirtió de la
«catástrofe» que supondría un alto en las negociaciones de paz.
«Es difícil mantener las conversaciones cuando los ataques con
misiles y bombas contra Yugoslavia están incrementándose. No se
puede continuar por este camino y es necesario que se tome una
decisión firme», dijo Chernomirdin.
El emisario ruso para los Balcanes subrayó que un fracaso en el
actual proceso de negociaciones multilaterales «supondría una
catástrofe». Aunque Moscú se ha declarado «desalentado» por el poco
resultado que ofrecen sus esfuerzos mediadores, Chernomirdin
viajará a Belgrado el próximo jueves, y no mañana como estaba
previsto.
La OTAN mantiene su estrategia de ataques centrados en las
infraestructuras yugoslavas, intensificados por el buen tiempo,
mientras en el cuartel general aliado en Bruselas se aceleran los
preparativos en torno a una fuerza de paz reforzada para Kosovo,
que podría estar entre 40.000 y 50.000 hombres.
El más firme defensor del despliegue de esta fuerza, aun sin el
visto bueno de Belgrado, es el Reino Unido. «Dentro de poco» se
desplegarán más tropas en los Balcanes hasta alcanzar el número
necesario «para el trabajo que hay que hacer», aseguró el titular
británico de Defensa, George Robertson, quien subrayó que «habrá
muchos otros países que participarán» en esa misión.
Sin embargo, su colega alemán, Rudolf Scharping se mostró ayer a
favor desde Macedonia de mantener sin cambios la actual estrategia
de bombardeos, que en su opinión está siendo «exitosa». Los
distintos puntos de vista de los Aliados sobre la estrategia a
seguir, el despliegue de tropas y una pausa en los bombardeos
propuesta por Italia y respaldada por Grecia, Holanda y República
Checa, serán abordados mañana en el Consejo Atlántico de la
OTAN.
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