La amplitud del escándalo originado por los pollos contaminados con
dioxina se cobró ayer sus dos primeras víctimas. Los ministros de
Agricultura y Sanidad, dimitieron ante la creciente presión
nacional y europea. La crisis del gobierno belga se produce a dos
semanas de las elecciones nacionales, regionales y europeas del 13
de junio, lo que podría causar un grave daño a los partidos que
forman la coalición socialcristiana-socialista.
La oposición liberal y ecologista había reclamado la dimisión de
los ministros de Agricultura, Karel Pintxten, y de Sanidad, Marcel
Colla, responsabilizándoles de haber minimizado el problema. El
escándalo de los pollos belgas contaminados ha adquirido una
dimensión europea. El Comité Veterinario de la UE podría decidir
hoy una retirada del mercado europeo de todos los productos
avícolas de las 416 explotaciones belgas afectadas por la
contaminación por dioxina, así como los derivados producidos entre
el 15 de enero y el primero de junio.
Las autoridades belgas prohibieron también ayer la venta por
parte de mayoristas de productos derivados de huevos y pollos hasta
que se compruebe que no contienen dioxinas cancerígenas. Sin
embargo, sí autorizaron por ahora que los pequeños comerciantes
sigan vendiendo sus reservas de estos productos derivados,
aconsejando prudencia a los consumidores.
Entre los productos derivados se encuentran mayonesas, galletas,
pastas, sopas e incluso podrían estar afectados los famosos
chocolates belgas. El riesgo podría extenderse también a los
cerdos, ya que tres mil animales podrían haber comido las harinas
contaminadas con dioxina.
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