La aviación de la OTAN bombardeó ayer de nuevo una línea de búnkers
situada en territorio albanés, a apenas 500 metros de la frontera
con la vecina República Federal de Yugoslavia (RFY), según testigos
presenciales. La tensión en la zona crece con movimientos de tropas
en la parte yugoslava y en la albanesa.
La primera serie de ataques contra este emplazamiento, cerca del
puesto fronterizo de Morina, se produjo en la noche de ayer. Cerca
de veinte periodistas, militares y agentes de la aduana se
encontraban ayer en la zona para comprobar los daños, cuando los
aparatos aliados reanudaron los ataques.
Varios agentes de aduanas se habían refugiado en los búnkers
ayer para protegerse de los disparos. Ayer, tras el primer impacto
cundió el pánico entre los presentes, sin que llegasen a
registrarse heridos.
Mientras, la OTAN reconoció ayer que una de las seis bombas
guiadas que ayer lanzaron sus aviones en Novi Pazar se desvió de su
objetivo militar y «podía haber caído en un área residencial
adyacente», señalaron fuentes de la Alianza.
Los aviones aliados atacaron ayer al mediodía unos barracones
del ejército serbio en esa localidad. «Cinco de las seis bombas
guiadas que se utilizaron en el ataque alcanzaron correctamente el
objetivo, unos barracones del ejército, pero otra no y podría haber
caído en un área residencial adyacente», agregaron las fuentes.
Según fuentes serbias, al menos 10 personas murieron y otras 20
resultaron heridas al alcanzar la bomba de la OTAN un edificio de
apartamentos. La Alianza «no puede confirmar» las cifras de
víctimas facilitadas por medios serbios, señalaron las fuentes de
la Alianza Atlántica.
La OTAN admitió el lunes haber atacado el puente de Varvarin, al
sur de Belgrado, y también unos barracones del Ejército y un
depósito de municiones en la localidad de Surdulica, pero en ambos
casos afirmó que se trató de «objetivos militares legítimos».
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