Los soldados de la fuerza de paz, conforme avanzan en su despliegue
en Kosovo, encuentran nuevas pruebas de que las tropas serbias
llevaron a cabo una «limpieza étnica» contra la población
albano-kosovar: fosas comunes, matanzas y un posible centro de
tortura constituyen los últimos hallazgos.
Las tropas francesas y británicas de la Alianza han sido las
últimas en toparse con nuevas atrocidades en Kosovo. Los soldados
franceses de la KFOR han encontrado supuestas fosas comunes en
varias localidades de la región de Mitrovica, al norte de la
provincia donde se están desplegando, anunció ayer el general
Xavier Delcourt, subjefe de operaciones del Estado Mayor del
Ejército. Delcourt consideró que esas fosas suponen
«descubrimientos de magnitud» que confirmarían las sospechas de
matanzas cometidas por las fuerzas serbias durante los últimos
meses. A ello habría que sumar el hallazgo de una nueva matanza en
la localidad de Poklek, a 30 kilómetros al oeste de Pristina, donde
hace dos meses las fuerzas serbias asesinaron a 62 personas, la
mayoría mujeres y niños, en el interior de una vivienda.
Según el testimonio de una adolescente albano-kosovar de 14
años, quien salvó la vida al saltar por una ventana, la Policía
serbia reunió a las víctimas en el salón de la casa y abrió fuego
de ametralladora, antes de lanzarles una granada de mano.
Es una más de las cien matanzas perpetradas en Kosovo de las que
ya se han recopilado datos y en las que «alrededor de 10.000
personas» pudieron haber sido asesinadas, afirmó el secretario de
Estado británico de Asuntos Exteriores, Geoff Hoon. Hoy llegará a
Kosovo el primer equipo de forenses de un total de 200 expertos que
enviará el Tribunal Internacional que juzga los crímenes de guerra
en la antigua Yugoslavia para reunir pruebas de la «limpieza
étnica» cometida contra la población albano-kosovar.
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