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FRANCE PRESS - COLONIA El Grupo de los Ocho (G-8) dieron hoy por terminados los trabajos de la cumbre de Colonia, con una sesión en la que procedieron a la aprobación de una declaración que trata los principales temas de la actualidad política y económica, aunque centrada, como era de esperar, en la crisis de Kosovo. En este sentido, los Ocho advirtieron a la Repúblia Federal de Yugoslavia (RFY) que no recibirá ayuda económica para la reconstrucción hasta que no proceda a la democratización de su régimen, encabezado por Slobodan Milosevic, en el que se personalizan estos deseos de cambio de sistema.

En una Declaración que incluye a Rusia, tradicional aliada de Belgrado, en la condena del régimen de Milosevic, reclaman a la RFY el respeto de los principios del Pacto de Estabilidad para los Balcanes, que establece la democratización y el respeto de los Derechos Humanos en la conflictiva región. De hecho, los siete países más industrializados del mundo y Rusia, consideran que este Pacto, adoptado el pasado 10 de junio en la cumbre europea de Colonia para impulsar un proceso de desarrollo que logre una Paz duradera gracias a la estabilidad política y económica, es «un desafío político y económico mayor».

En su Declaración, el G-8 se muestra dispuesto a «tomar medidas enérgicas para que se concreten todos los objetivos», lo que supone que si la RFY pretende recibir ayuda internacional para reconstruir sus infraestructuras en ruinas tras los bombardeos de la OTAN, Milosevic tendrá que abandonar el poder.

Tanto el canciller alemán, Gerhard Schroeder, como el presidente francés, Jacques Chirac, y el primer ministro británico, Tony Blair, se mostraron claros en este punto: la ayuda es «imposible» con Milosevic en el poder. No obstante, «el régimen político en Yugoslavia no tiene nada que ver con la ayuda humanitaria que hay que brindarle a una población que sufre», según palabras del portavoz del Kremlin, Dimitri Yakuchin, punto de vista que comparten los líderes del G-7.