Las protestas universitarias, iniciadas el jueves en Teherán,
recibieron ayer el apoyo de varios cientos de civiles, se han
extendido a todo Irán y los estudiantes aperturistas se han
atrevido a criticar al líder supremo Alí Jamenei, por primera vez
desde hace veinte años, cuando fue derrocado el régimen del sha
Reza Pahlevi. «Muerte a Jamenei», escriben los jóvenes en las
paredes de centros de estudios de Teherán, acto que en opinión de
varios observadores, es como «cruzar los límites de sistema».
Jamenei, que controla los poderes religioso y político, y que
tiene bajo su mando las Fuerzas Armadas y la Policía, ha quedado
lejos de cualquier tipo de críticas desde que asumió el cargo de
Guía Espiritual de la República Islámica, en 1989. Miles de
jóvenes, que prosiguieron ayer, por el quinto día consecutivo, sus
protestas por la violencia policial contra los estudiantes,
corearon consignas en las que criticaron a Jamenei y pidieron
separar lo político de lo religioso.
Estas protestas, las mayores en Irán desde el triunfo de la
revolución islámica, en 1979, ponen de manifiesto las crecientes
diferencias entre los «moderados» y los «conservadores» que, éstos
últimos, se oponen a la cualquier tipo de apertura hacia Occidente.
En opinión de varios diplomáticos, las críticas contra el guía
espiritual, que encabeza el ala conservadora del régimen, detonante
de la actual crisis, ponen de manifiesto dos facciones rivales, uno
favorable al aperturista presidente iraní, Mohamad Jatamí, y otro
de Jamenei.
La crisis comenzó el jueves pasado cuando un grupo de radicales
iraníes y agentes de policía atacaron a un millar de estudiantes
moderados que se manifestaban por el cierre de un diario
aperturista. Fuentes universitarias cifran ya en diez los
estudiantes que han perdido la vida a consecuencia de esos
incidentes, además de otro más que murió ayer por varios disparos
en la ciudad de Tabriz, en un enfrentamiento entre universitarios
prodemocráticos y conservadores islámicos.
En un intento de tranquilizar a los estudiantes, Jamenei afirmó
que «este amargo incidente daña mi corazón», y calificó a los
estudiantes como «mis niños». El presidente Jatamí, por su parte,
hizo ayer un llamamiento a la calma para evitar que los incidentes
ocurridos en Irán se conviertan en un «conflicto nacional».
También, instó a los estudiantes a que «presten atención a los
peligros», ya que «es la única manera de evitar caer en peligrosas
trampas de aquellos que están en contra del régimen islámico y no
desean que progrese la nación». Sin embargo, quince asociaciones
políticas moderadas de Irán pidieron a los jóvenes que prosigan sus
protestas.
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