La centrista francesa Nicole Fontaine sucedió ayer al democristiano
español José María Gil-Robles en la presidencia del Parlamento
Europeo, responsabilidad que ejercerá hasta enero del 2002.
Fontaine, de 57 años, fue elegida por 306 votos, frente a los
200 del candidato del grupo socialista (PSE), el ex presidente
portugués Mario Soares, y a los 49 de la finlandesa Heidi Hautala,
presidenta del grupo Verde (V).
Veinte años después de que otra francesa, Simone Veil, accediera
a la presidencia de la Asamblea de la UE, vuelve una mujer a
dirigir la Eurocámara, la única institución de la Europa unida
elegida por sufragio universal. La centrista francesa era la
candidata del grupo del Partido Popular Europeo (PPE), la fuerza
más numerosa de la cámara con 233 escaños, y del grupo liberal
(ELDR), que cuenta con 50 diputados.
Todas las fuerzas destacaron su competencia para el cargo y la
animaron a mantener el espíritu dialogante que la ha caracterizado
siempre y a acometer las reformas internas que la Cámara necesita.
La nueva presidenta del Parlamento Europeo lleva como eurodiputada
quince años y ha sido vicepresidenta de la asamblea durante los
últimos diez años.
El presidente del PPE, el democristiano alemán Hans Poettering,
deseó éxito a su compañera de filas y tendió la mano al grupo
socialista para zanjar las rivalidades que ha provocado la batalla
por la presidencia.
El presidente del grupo socialista, Enrique Barón, también
felicitó a Fontaine y ofreció la colaboración de su grupo porque
«ahora es la presidenta de toda la asamblea y no sólo la candidata
de su grupo político».
Tanto Barón como los portavoces del resto de los grupos
políticos se unieron en una petición a Fontaine para que lidere la
reforma interna de la cámara y consiga la aprobación del «Estatuto
del Eurodiputado» para terminar con el fraude en el cobro de dietas
y gastos de viaje.
Nicole Fontaine aseguró en la primera rueda de prensa concedida
tras su nombramiento, que la relación con el resto de las
instituciones europeas, y en concreto con la Comisión Europea, no
volverá a ser igual tras hacerse cargo la Eurocámara de las nuevas
competencias de que le ha dotado el Tratado de Amsterdam.
Fontaine aseguró que había un cierto número de tareas
prioritarias que se deben realizar lo antes posible, entre las que
destacó hacer uso de las nuevas competencias que el Tratado de
Amsterdam ha concedido al Parlamento. La eurodiputada francesa
aseguró que a partir de ahora ningún acto legislativo puede
aprobarse sin el consentimiento de la Eurocámara
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