El rey Hasán II de Marruecos falleció ayer a última hora de la
tarde en el hospital civil Avicena de Rabat de una neumonía aguda,
según anunciaron en Rabat fuentes próximas al Palacio Real. A las
21:15, hora española, el anuncio del fallecimiento del soberano,
que acababa de celebrar sus 70 años el pasado 9 de julio, no había
sido confirmado oficialmente. Sin embargo, desde las 18:20, hora
peninsular, la televisión oficial marroquí «RTM», y algo más tarde
la segunda cadena «2M», interrumpieron su programación para
transmitir un boletín especial de información para difundir a
continuación sólo la lectura de versículos del Corán.
El rey había sido hospitalizado a última hora de la mañana en el
servicio de cardiología y los médicos se negaron a última hora de
la tarde a hacer ningún comentario. Según la agencia oficial, el
soberano padecía de una «neumonía aguda que requería vigilancia
cardio-respiratoria». El rey Hasán II ya fue hospitalizado hace
cuatro años en Estados Unidos por problemas pulmonares y sufría a
menudo problemas respiratorios.
El rey, que acaba de efectuar una visita oficial en Francia,
donde la guardia marroquí desfiló durante los actos conmemorativos
del 14 de julio en los Campos Elíseos, mostró un aspecto cansado al
descender del avión, a su regreso a Rabat. Los marroquíes también
lo vieron debilitado el pasado 3 de marzo, durante las fiestas del
trono que conmemoraban sus 38 años de reinado. Sin embargo, el rey
Hasán II parecía gozar de buena salud a principios de julio, cuando
se desplazó al aeropuerto de Rabat-Salé para recibir al rey Abdalá
II de Jordania.
Moulay Hasán se convirtió el 3 de marzo de 1961, en el XVII
soberano de la dinastía alauita, que reina en Marruecos desde 1660.
Pocas horas antes de subir al trono se casó en secreto, ya que la
tradición alauita prohibe que un soltero se convierta en sultán. De
este matrimonio nacieron cinco hijos, dos varones, el príncipe
heredero Sidi Mohamed y Mulay Rachid, y tres mujeres: Lalla Meriem,
Lalla Asma y Lalla Hasna.
Los partidos políticos, que habían contribuido ampliamente a la
lucha contra la colonización, aceptaron mal la monarquía
autoritaria, que se enfrentó a una situación difícil al principio
de su reinado, por lo que durante mucho tiempo tuvo que apoyarse en
el poderoso general Mohamed Oufkir, temido ministro del Interior,
para gobernar el país con mano de hierro.
Ese período estuvo marcado en 1963, por la lucha, a veces
cruenta, contra la oposición de izquierda, un período de cinco años
de estado de excepción a partir de 1965 y dos sangrientos intentos
de golpes de Estado. El primero de ellos, el 10 de julio de 1971,
dejó un saldo de más de 100 muertos. El segundo intento de golpe de
Estado, el 16 de agosto, de 1972. En ambos casos Hasán II escapó a
la muerte de forma casi milagrosa. Sólo con la «marcha verde» hacia
la antigua colonia española del Sáhara Occidental, organizada el 6
de noviembre de 1975, Hasán II logró hallar, finalmente, un terreno
de entendimiento con la oposición y conseguir la unidad a su
alrededor.
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