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El presidente de Irán, Mohamad Jatami, aseguró ayer que los enfrentamientos que conmovieron a su país recientemente fueron una «declaración de guerra» contra su programa de reformas democráticas y añadió: «Hoy confirmo las promesas que me unen a vosotros». Jatami dijo que espera que se produzcan otras crisis, pero desmintió que el régimen esté dividido y reiteró su fidelidad a la Revolución y al Guía Supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, en un discurso pronunciado la noche de ayer en la ciudad de Hamedan (al oeste del país).

Este discurso ha sido la principal intervención del presidente reformador desde las manifestaciones estudiantiles y los motines que sacudieron al país a comienzos de julio, y la contraofensiva de los conservadores.

El presidente condenó la violencia, afirmando que ésta constituyeron «una acción contra la seguridad nacional y una declaración de guerra contra el presidente y su programa».

Estas declaraciones respaldan implícitamente a las de numerosos partidarios de Jatami que acusan a los adversarios de las reformas de utilizar los enfrentamientos como pretexto para bloquear los proyectos del presidente y mantener el régimen iraní en una línea dura.

Jatami, cuya gestión fue cuestionada por oficiales del cuerpo militar de los Guardianes de la Revolución, intentó rebatir las acusaciones de laxismo y subrayó la «determinación» de su Gobierno para «reprimir todo acto destinado a afectar la seguridad» de Irán. «La seguridad es la base de la libertad», afirmó el jefe del Estado, que fue elegido con un programa de reformas democráticas y de apertura de la sociedad civil, después de 20 años de régimen revolucionario e islamista.