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El Comité Veterinario Permanente de la UE acordó ayer extender al sector vacuno belga la obligación de someter a análisis estrictos todos los productos destinados a la exportación, confirmó un portavoz de la Comisión Europea.

Tal y como ya se hace con el sector porcino o avícola a raíz de la reciente aparición de nuevas empresas sospechosas de contaminación con dioxina, las explotaciones de vacuno que deseen exportar su producción deberán antes realizar análisis y controles para evitar el envío de partidas contaminadas a otros países.

La semana pasada, el Gobierno belga se comprometió a realizar, hasta el próximo 31 de agosto, controles de PCB (aceite industrial precursor de la contaminación con dioxina) a toda la carne de cerdo y de pollo, en respuesta a la demanda formulada en ese sentido por la Comisión Europea.

Las explicaciones de los expertos belgas, que argumentan que la contaminación apenas afecta al sector vacuno, no han logrado convencer a los responsables veterinarios de los Quince, que ayer también fijaron las normas para efectuar los análisis de PCB y la cantidad máxima aceptable de esta sustancia.

El portavoz de la Comisión precisó que esos análisis deberán realizarse sobre «muestras representativas de grupos homogéneos de animales», aunque la Comisión Europea tendrá que ratificar formalmente esta modificación antes del próximo 31 de agosto. En cuanto a los niveles de PCB considerados aceptables, los científicos comunitarios establecieron un máximo de 200 nanogramos por gramo (un gramo contiene mil millones de nanogramos), tanto para la carne de cerdo como para la de vaca.

Todas estas decisiones del Comité Veterinario Permanente de la UE se producen tras la aparición, en el plazo de tan sólo unos días, de más de 400 empresas sospechosas de contaminación, que se suman a las que ya estaban sometidas a control.El Ejecutivo belga aceptó reforzar los controles de las exportaciones de porcino y de pollo para, una vez concluido el mes de agosto, clarificar la situación y precisar el número exacto de empresas afectadas por la crisis de la dioxina.