Las tropas federales han cerrado el cerco en torno a la guerrilla
islámica que opera en Daguestán y preparan la ofensiva final, que
podría comenzar inmediatamente, informó el mando de fuerzas rusas
en el Cáucaso Norte.
Los federales tomaron el martes el control del puerto de montaña
de Jarami, en la frontera entre Daguestán y Chechenia, con lo que
cercaron a la guerrilla atrincherada en el distrito de Botlij,
impidiéndole recibir refuerzos desde territorio chechén.
La aviación federal, que efectuó 24 ataques el martes contra las
posiciones de los extremistas, bombardeó y destruyó una emisora y
un transmisor de radiotelevisión de los separatistas islámicos en
los poblados de Karamaji y Chabanmaji.
De esta forma, se privó a la guerrilla de la posibilidad de
emitir su propaganda para captar adeptos entre jóvenes musulmanes
de Daguestán, mensajes que reproducían ampliamente las cadenas
rusas, hasta el punto de que el Gobierno llegó a amenazar con
amonestar a los medios que cedan espacio a los extremistas.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia dijo disponer de datos
de que la guerrilla islámica, desesperada por sus continuas
derrotas por parte de los federales y sin poder recibir refuerzos,
prepara una «provocación armada de envergadura» en otras repúblicas
rusas del Cáucaso, como Osetia del Norte e Ingushetia.
Daguestán es una de las regiones más pobres de Rusia, que ni
siquiera puede contar con su petróleo para salir del marasmo
económico. «Con respecto al resto de Rusia estamos en retraso. Los
indicadores del nivel de vida y desarrollo son tres a cuatro veces
inferiores a la media rusa», reconoce el ministro daguestanés de
Economía, Gamid Chichakhmedov.
Según cifras oficiales, entre el 50% y el 80% de la población
vive por debajo del límite de pobreza, y la producción agrícola
alcanza difícilmente el 80% de su nivel a principios de los 90.
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