El jefe del grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia
(AUC), Carlos Castaño, pidió ayer un cese al fuego multilateral,
manifestó su disposición a reunirse con los dirigentes guerrilleros
y reconoció la matanza de más de 40 labriegos el pasado fin de
semana cerca de la frontera con Venezuela.
En una entrevista telefónica con la emisora «Radionet», Castaño
señaló que «la guerra hay que pararla o sino el país se
desangra».
El líder paramilitar aseguró que los más de 150 labriegos
asesinados en los últimos tres meses en la zona petrolera de Tibú
eran, en su mayoría, integrantes de la guerrilla y que los
insurgentes de izquierda «utilizan métodos de presión despreciables
para ser llamados a una mesa».
«Yo he sido un convencido de que en Colombia se necesita es un
proceso de concertación nacional con participación de todos los
sectores del conflicto», indicó el jefe de las AUC y añadió que
para que el proceso de paz se reactive se requiere un «liderazgo» y
una «redefinición» por parte del presidente Pastrana.
«Yo personalmente estoy dispuesto a hablar con los señores de
las FARC», indicó Castaño quien prometió respetar a los
guerrilleros «para que entiendan que en este país cabemos
todos».
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