El presidente Habibie, en el momento en que anunciaba la aceptación de fuerzas de paz de la ONU.

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FRANCE PRESS/EFE Indonesia aceptó ayer el envío de una fuerza internacional para el mantenimiento de la Paz en Timor Oriental, anunció el presidente indonesio, Yusuf Habibie, en una comparecencia televisiva. «He tomado la decisión de informar al secretario general de la ONU, Kofi Annan, de que el Gobierno esta dispuesto a aceptar una fuerza para el mantenimiento de la Paz de Naciones Unidas», declaró Habibie.

Indonesia había rechazado hasta ahora cualquier posibilidad de participación de fuerzas internacionales en su territorio. «Está claro que los militares han ayudado e instigado a la violencia de las milicias, en una violación al compromiso que sus líderes hicieron a la comunidad internacional», había advertido ayer el presidente estadounidense, Bill Clinton, en un encuentro con empresarios.

Uno de los primeros estados en manifestar su esperanza fue Portugal, ex metrópoli de Timor Oriental y el país que más muestras de solidaridad ha ofrecido a ese territorio en los últimos días ante la ola de violencia de los paramilitares pro indonesios. El presidente portugués, Jorge Sampaio, reaccionó con cautela al anuncio de su colega indonesio, Yusuf Habibie.

El primer ministro portugués, Antonio Guterres, dijo que se sentía «satisfecho» ante el anuncio de Habibie, pero coincidió con Sampaio en que había que adoptar una actitud «prudente» y recalcó que «lo que resulta esencial es detener la violencia». Asimismo, el ex presidente portugués Mario Soares definió como «un extraordinario paso adelante» el cambio de actitud de Yakarta.

La mujeres se suicidan para no ser violadas por los soldados, según el premio Nobel Ramos Horta
Las mujeres de Timor Oriental se suicidan para evitar ser violadas y asesinadas por los soldados indonesios, según afirmó ayer el dirigente independentista timorense José Ramos Horta a la cadena de televisión australiana 'Nine'. «He constatado que todas las ciudades en el territorio fueron destruidas», afirmó el premio Nobel de la Paz de 1996, actualmente en Australia. «Las mujeres, muchas mujeres, ya se han suicidado. Ellas prefieren morir que acabar en manos de las unidades especiales que las violan delante de sus maridos antes de matarlas», afirmó.